MADRID, 28 Ene. (EUROPA PRESS) -
Las personas que desarrollan la enfermedad de Parkinson antes de los 50 años pueden haber nacido con células cerebrales desordenadas que no se detectaron durante décadas, según una nueva investigación del Centro Médico Cedars-Sinai. La investigación, publicada en la revista 'publicado en la revista Nature Medicine', apunta ahora a un medicamento que potencialmente podría ayudar a corregir estos procesos de la enfermedad.
El Parkinson ocurre cuando las neuronas cerebrales que producen dopamina, una sustancia que ayuda a coordinar el movimiento muscular, se deterioran o mueren. Los síntomas, que empeoran con el tiempo, incluyen lentitud de movimiento, músculos rígidos, temblores y pérdida de equilibrio. En la mayoría de los casos, la causa exacta del fallo neuronal no está clara y no existe una cura conocida.
Aunque la mayoría de los pacientes tienen 60 años o más cuando son diagnosticados, alrededor del 10% tienen entre 21 y 50 años. El nuevo estudio se centra en estos pacientes jóvenes.
"El Parkinson de inicio joven es especialmente desgarrador porque golpea a las personas en la flor de la vida", explica Michele Tagliati, directora del Programa de Trastornos del Movimiento, vicepresidenta y profesora del Departamento de Neurología en Cedars-Sinai--. Esta nueva investigación emocionante brinda la esperanza de que algún día podamos detectar y tomar medidas tempranas para prevenir esta enfermedad en individuos en riesgo".
Para realizar el estudio, el equipo de investigación generó células madre especiales, conocidas como células madre pluripotentes inducidas (iPSC), a partir de células de pacientes con enfermedad de Parkinson de aparición temprana. Este proceso implica llevar las células sanguíneas adultas "atrás en el tiempo" a un estado embrionario primitivo.
Estas iPSC pueden producir cualquier tipo de célula del cuerpo humano, todas genéticamente idénticas a las propias células del paciente. El equipo utilizó los iPSC para producir neuronas de dopamina de cada paciente y luego las cultivó en un plato y analizó las funciones de las neuronas.
"Nuestra técnica nos dio una ventana en el tiempo para ver lo bien que podrían haber funcionado las neuronas de dopamina desde el comienzo de la vida de un paciente", señala Clive Svendsen, director del Instituto de Medicina Regenerativa de la Junta de Gobernadores Cedars-Sinai y profesor. de Ciencias Biomédicas y Medicina en Cedars-Sinai.
Los investigadores detectaron dos anormalidades clave en las neuronas de dopamina en el plato de estudio. Por un lado había acumulación de una proteína llamada alfa-sinucleína, que ocurre en la mayoría de las formas de la enfermedad de Parkinson, y, por otro, hallaron lisosomas que funcionaban mal, estructuras celulares que actúan como 'cubos de basura' para que la célula se descomponga y elimine las proteínas. Este mal funcionamiento podría causar la acumulación de alfa-sinucleína.
"Lo que estamos viendo usando este nuevo modelo son los primeros signos de Parkinson de aparición temprana --explica Svendsen--. Parece que las neuronas de dopamina en estos individuos pueden continuar manejando mal la alfa-sinucleína durante un período de 20 o 30 años, causando la aparición de síntomas de Parkinson".
Los investigadores también usaron su modelo iPSC para probar una serie de medicamentos que podrían revertir las anormalidades que habían observado. Descubrieron que ese medicamento, PEP005, que ya está aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos para el tratamiento de precanceradores de la piel, redujo los niveles elevados de alfa-sinucleína tanto en las neuronas de dopamina en el plato como en los ratones de laboratorio.
El medicamento también contrarrestó otra anormalidad que encontraron en las neuronas de dopamina de los pacientes: niveles elevados de una versión activa de una enzima llamada proteína quinasa C, aunque el papel de esta versión de enzima en el Parkinson no está claro.
Para los próximos pasos, Tagliati avanza que el equipo planea investigar cómo PEP005, actualmente disponible en forma de gel, podría administrarse al cerebro para tratar o prevenir el Parkinson de inicio joven. El equipo también planea más investigación para determinar si las anormalidades que el estudio encontró en las neuronas de los pacientes con Parkinson de aparición temprana también existen en otras formas de Parkinson.