La pandemia provoca un notable aumento de episodios psicóticos asociados a cannabis, alcohol o sedantes

Cannabis, porro, canuto, drogas
Cannabis, porro, canuto, drogas - GETTY - Archivo
Publicado: jueves, 19 noviembre 2020 11:49


MADRID, 19 Nov. (EUROPA PRESS) -

El doctor Adrián Neyra, del Hospital Universitario Doctor Negrín (Gran Canaria), ha advertido de que la pandemia por COVID-19 ha provocado un notable aumento de episodios psicóticos asociados al consumo de sustancias como cannabis, alcohol o sedantes.

"En los primeros momentos, durante el confinamiento, la dificultad para conseguir sustancias ilegales ha estado asociada a más ingresos debidos a episodios psicóticos motivados por alteraciones conductuales provocadas por una interrupción brusca del consumo. Sin embargo, varios meses después, y ante la situación de incertidumbre generada, se ha objetivado un aumento del consumo de sustancias ansiolíticas como alcohol, sedantes o cannabis, que ha provocado que cada vez sean más frecuentes los episodios psicóticos asociados a dicho consumo", ha explicado el experto en el Simposio 'Esquizofrenia y consumo comórbido de sustancias', organizado por la Alianza Otsuka-Lundbeck en el marco del 22 Congreso de la Sociedad Española de Patología Dual (SEPD).

La doctora Enriqueta Ochoa, del Servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario Ramón y Cajal, indica que, diversos estudios refieren que entre el 40-60 por ciento de las personas con esquizofrenia presentarán un trastorno adictivo a lo largo de su vida. La doctora destaca el aislamiento o el temor al contagio como los factores que están influyendo en el aumento del consumo de alcohol por estas personas desde que empezó la pandemia, al igual que en el resto de la población.

"Pero a esto hay que añadir que la pandemia ha afectado al acceso a los servicios de salud mental y de adicciones, dificultándose mucho la realización de algunas terapias, como las grupales, el acceso a ingresos para desintoxicación, etc.", ha afirmado.

Además, los expertos han recordado que la esquizofrenia es, en sí misma, un factor de riesgo para el consumo de tóxicos. "En ocasiones y a pesar del tratamiento, la persistencia de síntomas, como alucinaciones auditivas, motiva que los pacientes consuman sustancias para intentar aliviarlos", ha indicado el doctor Neyra.

A su vez, el debut de la enfermedad está condicionado en muchos casos por dicho consumo. De hecho, como apunta este experto, hay estudios a largo plazo que concluyen que aproximadamente la mitad de las personas que sufren un episodio psicótico por cannabis, finalmente serán diagnosticadas de esquizofrenia".

Sin embargo, el consumo de sustancias en la esquizofrenia en las fases iniciales de la enfermedad impacta no solo en su debut, sino también en la adherencia al tratamiento, la resistencia terapéutica, la hospitalización, el riesgo suicida y la recuperación funcional. De todos ellos, el doctor Neyra considera que "probablemente el más relevante sea la falta de adherencia al tratamiento antipsicótico". "Los pacientes consumidores abandonan la medicación seis veces más que los no consumidores, lo cual aumenta exponencialmente la posibilidad de una recaída psicótica", ha agregado.

Los trastornos asociados al consumo de sustancias que presentan con más frecuencia las personas con esquizofrenia son los trastornos por consumo de alcohol y de cannabis. "A consecuencia de los mismos los pacientes también presentan más descompensaciones y más trastornos conductuales. En definitiva, implica mayor gravedad médica (aumento de síntomas, mayor impulsividad y más riesgo de violencia, suicidio y hospitalizaciones) y peor pronóstico (más riesgo de recaídas en el consumo, mayor riesgo de descompensación psicótica, menor adherencia al tratamiento)", ha resumido la doctora Ochoa.

En este sentido, ambos expertos han coincidido en que la situación provocada por la pandemia está repercutiendo en algunos de estos aspectos de manera significativa. "La pandemia aumenta el aislamiento social y dificulta el acceso a los servicios de salud, pudiéndose agravar los síntomas que presentan. Por ejemplo, los problemas económicos que viven algunos de los pacientes están motivando más cuadros de ansiedad y depresión. Y, en general, la atención médica presencial y el seguimiento intensivo está siendo más difícil", han resaltado.