MADRID, 16 Ago. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de California en San Diego (EEUU) han observado en una gran investigación que las mujeres cuyos padres superan los 90 años tienen más probabilidades de superar esa edad, libres de enfermedades graves y discapacidades.
El estudio, publicado en 'Age and Aging', encontró que las mujeres cuyas madres vivieron más de 90 años disfrutaron de un 25 por ciento más de probabilidades de hacerlo sin sufrir enfermedades graves o crónicas, incluyendo enfermedades cardíacas, derrames cerebrales, diabetes, cáncer, fracturas de cadera u otras debilitantes discapacidades; mientras que la cifra aumentaba hasta el 38 por ciento si ambos padres superaban esa edad.
"Lograr un envejecimiento saludable se ha convertido en una prioridad crítica de salud pública a la luz del rápido crecimiento de la población que envejece en los Estados Unidos. Nuestros resultados muestran que estas mujeres no solo llegaron a los 90 años, sino que también envejecieron evitando enfermedades graves y discapacidades", ha señalado el primer autor Aladdin Shadyab, becario postdoctoral en el Departamento de Medicina Familiar y Salud Pública de la Facultad de Medicina de UC San Diego en el momento del estudio.
"No se trata solo del número de velas en el pastel. Estas mujeres eran independientes y podían hacer actividades diarias como bañarse, caminar, subir escaleras o participar en pasatiempos que les gusta, como el golf, sin limitaciones", ha añadido.
Curiosamente, el estudio también encontró que si solo el padre vivía hasta los 90, no se correlacionaba con el aumento de la longevidad y la salud de las hijas. Por otro lado, los investigadores señalan que el estudio no abordó los efectos del período de vida de los padres en los hijos varones.
Así, este estudio analizó los datos de aproximadamente 22.000 mujeres posmenopáusicas que participan en la Iniciativa de Salud de la Mujer, un gran estudio nacional que investiga los principales factores de riesgo de enfermedades crónicas entre las mujeres.
Shadyab y sus colegas creen que una combinación de factores genéticos, medioambientales y conductuales que se transmiten a las generaciones posteriores puede influir en los resultados del envejecimiento entre los hijos.
"Ahora tenemos evidencia de que el tiempo que viven nuestros padres puede predecir nuestros resultados a largo plazo, incluso si envejeceremos bien, pero necesitamos más estudios para explorar por qué. Tenemos que aclarar cómo ciertos factores y comportamientos interactúan con los genes para influir en el envejecimiento resultados", ha añadido Shadyab.
Al inicio del estudio, las mujeres en el estudio cuyas madres vivían al menos 90 tenían más probabilidades de ser graduados universitarios, casados, con altos ingresos y que realicen actividad física y tengan una dieta saludable.
"Aunque no podemos determinar nuestros genes, nuestro estudio muestra la importancia de transmitir comportamientos saludables a nuestros hijos. Ciertas elecciones de estilo de vida pueden determinar un envejecimiento saludable de generación en generación", concluye Shadyab.