Desmayo, desmayarse, caída, infarto
GETTY
Actualizado: jueves, 20 abril 2017 8:05

    MADRID, 20 Abr. (EUROPA PRESS) -

   Las personas en edad de trabajar que tienen desmayos (una enfermedad conocida como síncope) presentan mayor riesgo de accidentes de trabajo y pérdida de empleo en comparación con los adultos sin la patología, según concluye una investigación que se publica en 'Circulation: Cardiovascular Quality and Otucomes', una publicación de la Asociación Americana del Corazón.

El síncope se caracteriza por una pérdida repentina de conciencia seguida de recuperación espontánea. En un estudio danés que comparó adultos de entre 18 a 64 años con síncope recurrente con los que no lo sufrían, aquellos aquejados de síncopes registraban un riesgo 1,4 veces mayor de accidentes de trabajo y dos veces más de riesgo de pérdida de empleo (31 por ciento frente a 15 por ciento).

   Además, los pacientes con síncope recurrente que eran jóvenes, tenían un estatus socioeconómico deficiente o trastornos adicionales (como enfermedad cardiovascular o depresión), estaban particularmente en alto riesgo de accidentes de trabajo o de perder su empleo. Los investigadores señalan que el estudio es el primero en mostrar una asociación significativa entre el síncope y los resultados relacionados con el trabajo.

   "Creemos que nuestros hallazgos arrojan luz sobre una consecuencia oculta del síncope", afirma Anna-Karin Nume, primera autora del estudio e investigadora del Departamento de Cardiología del Hospital Herlev Gentofte de la Universidad de Copenhague en Hellerup, Dinamarca. "El empleo es más que una medida del estado de desempeño. Es crucial para la autoestima y la calidad de vida", añade.

   Nume y sus colegas identificaron a 21.729 pacientes que tuvieron un primer diagnóstico de síncope que requirió acudir a la sala de urgencias u hospitalización. De ese número, el 49,5 por ciento estaban empleados en ese momento y la mayoría volvió a trabajar dentro de un mes del alta hospitalaria.

FRACTURA, AMPUTACIÓN O SANGRADO INTERNO, ENTRE LAS LESIONES LABORALES

   Los investigadores señalaron que 622 pacientes sufrieron un accidente laboral posterior y 36 estuvieron involucrados en lesiones graves como fractura, amputación, aplastamiento o sangrado interno. Los accidentes fueron más frecuentes entre los trabajos manuales.

   El análisis se basó en datos de 2008-2013 de residentes de los registros nacionales de Dinamarca basados en la población. La mediana de edad fue de 48 años y el 49,7 por ciento de los participantes eran hombres. Los resultados pueden aplicarse a países occidentales similares, pero los investigadores aconsejan precaución al hacer comparaciones debido a las diferencias en salud, seguridad social y otras políticas que pueden existir.

   Una de las limitaciones del estudio danés es la falta de información sobre factores potencialmente relevantes como el ambiente de trabajo de los individuos, sus hábitos y comportamientos de salud, o las circunstancias exactas de los eventos sincopales. En consecuencia, no pueden establecerse efectos causales, sólo asociaciones, y los resultados deben interpretarse con cautela.

   "Las personas con episodios de desmayos deben ser evaluadas médicamente y tener intervenciones apropiadas para ayudarles a mantener su empleo y estar seguros en el trabajo", afirma Nume. "En general, el síncope puede manejarse y los riesgos en el lugar de trabajo podrían gestionarse mediante un cambio en los deberes laborales, como evitar trabajar con equipos pesados", plantea.

   "Esperamos que nuestros hallazgos estimulen más investigación para examinar por qué el síncope se asocia con resultados adversos en el empleo e identificar y probar estrategias preventivas", apunta. "Hasta entonces, instamos a los médicos a pedir a los pacientes con síncope que les informen sobre su trabajo para reducir las consecuencias adversas del síncope y formarles sobre los mecanismos subyacentes y las estrategias para afrontarlo", propone.