MADRID, 3 Oct. (EUROPA PRESS) -
Los pacientes con fibrosis quística que complementan su dieta con vitamina C también pueden obtener un mayor beneficio de otro antioxidante, la vitamina E, lo que resulta en una reducción de la inflamación dañina, según sugiere un estudio dirigido por la Universidad Estatal de Oregón en EEUU.
Los hallazgos, publicados en la revista 'Nutrients', son importantes porque más de 160.000 personas en todo el mundo sufren de fibrosis quística, que se caracteriza por inflamación pulmonar y acumulación de moco que bloquea las vías respiratorias.
La condición que acorta la vida está asociada con una infección pulmonar persistente y afecta a 40.000 personas en los Estados Unidos; y cada año se diagnostican alrededor de 1.000 casos nuevos en los EEUU, la mayoría en pacientes de 2 años o menos.
A pesar de los constantes avances en el alivio de las complicaciones, la esperanza de vida media de los pacientes con fibrosis quística sigue siendo de solo 40 años. "La fibrosis quística es una enfermedad genética que se asocia con un aumento de la inflamación y, como muchas enfermedades inflamatorias, viene con una gran cantidad de estrés oxidativo", ha señalado Maret Traber del Instituto Linus Pauling de OSU, quien dirigió el estudio.
El estrés oxidativo ocurre debido a un desequilibrio en el cuerpo entre los radicales libres, que pueden causar reacciones químicas dañinas, y los antioxidantes. Los antioxidantes son moléculas capaces de ceder un electrón a un radical libre, haciendo que el radical libre se vuelva menos reactivo sin volverse inestables.
"Además del estrés oxidativo, la fibrosis quística también se caracteriza por problemas con la absorción de grasa, lo que limita la absorción de vitamina E, un antioxidante soluble en grasa. Los bajos niveles de vitamina E más el alto estrés oxidativo son una receta para una mayor inflamación, lo que puede contribuir a una variedad de resultados negativos para la salud", ha añadido Traber, quien también es profesor de la Facultad de Salud Pública y Ciencias Humanas del Estado de Oregón.
Las dificultades de los pacientes con la absorción de grasas significan que necesitan consumir cantidades mayores de lo habitual de vitaminas liposolubles como la vitamina E. Los pacientes necesitan al menos 400 miligramos de vitamina E al día para lograr concentraciones sanguíneas normales.
En este estudio, los investigadores analizaron si los suplementos de vitamina C podrían ayudar a los pacientes a usar mejor la vitamina E absorbida. La vitamina C puede reciclar las formas oxidadas de la vitamina E, y también es útil para controlar los aspectos del estrés oxidativo de la inflamación.
Después de tres semanas y media de dosis diarias de 1.000 miligramos de vitamina C, los pacientes del estudio mostraron una tendencia hacia concentraciones sanguíneas más bajas de un biomarcador de estrés oxidativo clave, malondialdehído o MDA, y también hacia una disminución en la eliminación de vitamina E del torrente sanguíneo. "Dado que la vitamina E permanece más tiempo, podría ingresar mejor a los tejidos y proteger mejor las membranas celulares del estrés oxidativo", señala Traber.
Los beneficios de los hallazgos no son exclusivos de los pacientes con fibrosis quística. Los fumadores, por ejemplo, suelen tener problemas asociados con el estrés oxidativo y pueden beneficiarse de un suplemento de vitamina C y, posiblemente, de un suplemento de vitamina E. Los pacientes con síndrome metabólico también tienen problemas con las vitaminas C y E.
"Este estudio usó vitamina C mucho más de lo que alguien puede obtener fácilmente de la dieta. Mil miligramos es el equivalente a 15 naranjas o cuatro o cinco pimientos medianos. Pero la investigación sugiere que una dosis alta puede ser beneficiosa en condiciones inflamatorias", añade.
