MADRID, 2 Jun. (EUROPA PRESS) -
La coordinadora del Grupo de Trabajo de Osteoporosis y Metabolismo Mineral (GTOMM) de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), Rosa Arboiro, ha recomendado priorizar el ejercicio físico, tanto de fuerza como aeróbico, así como la nutrición, como medidas preventivas de la osteoporosis, que afecta a unas 500 millones de personas en todo el mundo, especialmente a mujeres mayores de 50 años.
"Adoptar medidas preventivas como la práctica regular del ejercicio de fuerza y aeróbico y una nutrición adecuada puede ayudar a fortalecer los huesos y llegar a las etapas más maduras de la vida con una buena densidad mineral ósea (DMO) para disminuir los riesgos de la osteoporosis", explica la doctora Arboiro durante la XVIII Reunión de Osteoporosis y Metabolismo Mineral de la SEMI.
Tras ello, ha incidido en que la prevención es un "pilar clave" para combatir factores de riesgo como el sedentarismo o una dieta inadecuada, si bien ha recordado que hay otros factores no modificables como la edad avanzada o ser mujer.
La doctora Raquel Blasco Redondo ha expresado que la evidencia científica respalda que las cargas mecánicas repetidas inducidas por el ejercicio, especialmente con el de fuerza o el aeróbico con impacto, permiten estimular la formación ósea a través de la activación de osteoblastos y la modulación positiva del remodelado óseo.
"Además, el ejercicio mejora la masa muscular, el equilibrio y la coordinación, por lo que reduce el riesgo de caídas y fracturas", ha añadido, tras lo que ha hecho hincapié en que estos ejercicios también están "altamente indicados" en personas con osteopenia u osteporosis al potenciar la densitometría ósea y la calidad del hueso.
Por su parte, la doctora Teresa Oliván Usieto ha afirmado que la educación en nutrición, así como la promoción de hábitos alimentarios saludables, deben "integrarse" en las estrategias de salud pública dirigidas a la prevención de esta patología.
"Fomentar el conocimiento en la población sobre la interrelación entre la nutrición y la salud ósea es esencial para mitigar la incidencia y mejorar la calidad de vida de los pacientes", ha agregado.
Asimismo, ha sostenido que una adecuada ingesta de calcio y vitamina D es "fundamental" para el mantenimiento óseo, y es que esta última es "crucial" para la absorción intestinal del calcio.
Del mismo modo, Oliván Usieto ha subrayado que una dieta equilibrada con un amplio espectro de micronutrientes y macronutrientes, como proteínas de alta calidad, ácidos grasos omega-3, antioxidantes o alimentos ricos en compuestos bioactivos contribuyen a la salud ósea.
OSTEOPOROSIS Y FRACTURA DE CADERA
La doctora Aina Capdevilla Reniu ha destacado que la osteoporosis es la principal causa de ingreso hospitalario en los países occidentales debido a las fracturas osteroporóticas, siendo las más comunes las de cadera y las vertebrales, cuya incidencia aumenta "de manera exponencial" a partir de los 70 años, en mujeres y en personas con hábitos como el consumo de tabaco o alcohol, con enfermedades como la diabetes mellitus, el uso prolongado de glucocorticoides o un historial de caídas previas.
Estas fracturas también se asocian a una "elevada mortalidad", estimada en un 5 por ciento durante la hospitalización y en un 35 por ciento tras pasar un año del evento, así como con una "significativa" pérdida de funcionalidad, y es que los pacientes con estas fracturas suelen presentar una "mayor" pérdida de masa y función muscular, así como un "más deficiente" estado nutricional.
"Únicamente el 40 por ciento de los pacientes recupera su capacidad funcional al año de haber sufrido la fractura. Estas lesiones afectan predominantemente a personas de edad avanzada y con múltiples comorbilidades", ha informado Capdevila.
LOS TRATAMIENTOS DE CÁNCER TIENEN UN MAYOR RIESGO DE OSTEOPOROSIS
Por otro lado, la doctora Raquel Lana Soto ha manifestado que los tratamientos del cáncer tienen un "mayor riesgo" de producir osteoporosis a partir de los 60 años, motivo por el que se les somete a una analítica completa del metabolismo óseo con marcadores de remodelado, una densitometría ósea y una valoración de las fracturas prevalentes.
"Los tratamientos para el cáncer, a partir de los 60 años, tienen mayor riesgo de producir osteoporosis. Los oncólogos han incorporado a su rutina de visitas protocolos para prevenir la osteoporosis, al igual que en otros órganos como el corazón protocolos para estudiar la cardiotoxicidad de los quimioterápicos", ha expuesto.
La especialista ha recalcado que, en estos casos, el ejercicio y una dieta rica en calcio y vitamina D son "el primer paso" del tratamiento que se aplica a todos los pacientes para prevenir la osteoporosis como consecuencia del tratamiento del cáncer.
"Si existe osteoporosis se añadirán tratamientos farmacológicos de distinto tipo, ajustándolos a las características del paciente y su situación clínica, como la existencia de metástasis óseas, haber recibido radioterapia o las interacciones medicamentosas", ha concluido Lana Soto.
