La oruga procesionaria provoca urticaria en el 12% de las personas que viven en zonas rurales

Actualizado: lunes, 4 abril 2011 12:00

MADRID 4 Abr. (EUROPA PRESS) -

La oruga procesionaria provoca urticaria en el 12 por ciento de las personas que viven en zonas rurales y en el 4 por ciento de las que residen en áreas urbanas, según se desprende del estudio 'Prevalencia de reacciones cutáneas a la procesionaria del pino en adultos', que se publica en 'Contact Dermatitis'.

El estudio, que ha sido dirigido por investigadores españoles de diferentes comunidades autónomas, ha valorado la prevalencia de la urticaria en la población adulta, que es uno de los principales problemas que se desencadenan del contacto, ya sea directo o indirecto (por el aire), con la oruga procesionaria.

La oruga procesionaria tiene pelos en forma de arpón, que se desprenden, viajan por el aire y pueden entrar en contacto con los ojos o con la piel, provocando, en el primer caso conjuntivitis y, en el segundo, urticaria.

Como explica el especialista en Alergología e Inmunología Clínica, Javier Subiza Garrido, "en esta especie de arpones hay una sustancia que es histaminoliberadora", por lo que todas las personas que entran en contacto con esta oruga tienen este tipo de reacciones. "Es un efecto tóxico que afecta a la población que tiene la mala suerte de que estos microarpones lleguen a la conjuntiva ocular o a la piel", añade.

Además y aunque en menor medida, "se han descrito casos clínicos de pacientes que desarrollaron una verdadera alergia a estas estículas a través de un mecanismo mediado por IgE; es decir, un mecanismo similar a la alergia a los pólenes o alimentos", advierte el alergólogo de la Clínica Subiza.

"Estos casos -prosigue el experto- son más graves porque al ser por un mecanismo IgE se han descrito reacciones alérgicas de gran intensidad y algunos casos de anafilaxia, especialmente, entre profesionales que desarrollan su labor profesional en el campo".

Normalmente, las reacciones inespecíficas, que no están medidas por IgE sino por la propia sustancia tóxica irritante que se desprende de la oruga, suelen "ser leves", pero depende mucho de la cantidad a la que el sujeto se exponga. "Si el contacto es muy masivo puede producir reacciones más importantes", asegura Subiza.

En el caso en que la reacción sea leve lo primero que hay que hacer, según Subiza, es echarse agua, si es fría mejor, en la zona afectada. Después "se puede tratar con un antihistamínico. Y en los casos más graves se puede utilizar un corticoide sistémico".

MEDIDAS PARA EL CONTROL DE LA PLAGA

Por su parte, la directora general de la Asociación Nacional de Empresas de Control de Plagas (Anecpla), Milagros Fernández de Lezeta, aconseja que cuando se observe la aparición de bolsones (nidos formados por seda que sirven de refugio a este animal) se contacte con los profesionales.

"Cuando vemos que hay bolsones en un pino, en primavera sabemos con seguridad que habrá procesionaria en el suelo", recuerda la experta. En este sentido, es necesario "prestar atención a las zonas urbanas, residenciales, sobre todo, a las que puedan acceder los niños como colegios y parques".

Entre las medidas físicas, se encuentran la eliminación de los bolsones y el empleo de trampas de feromonas, que "atraen selectivamente a los machos y disminuyen la posibilidad de apareamiento", explica Fernández de Lezeta.

Asimismo, se puede colocar un cono, que sirve para atrapar a la oruga, que, en este caso, muere por inanición, o se pueden emplear tratamientos con insecticidas. En cualquier caso, la elección de cualquiera de estas medidas depende del ciclo biológico en el que se encuentre la oruga.

"Es importante conocer el ciclo y aplicar las medidas conforme a la autorización prescrita y teniendo en cuenta la dosis de aplicación. Para ello se necesita formación y acreditación", recuerda la directa general de Anecpla.

(EUROPA PRESS)