MADRID, 5 Jun. (EUROPA PRESS) -
Un nuevo estudio publicado en la revista 'Annals of the American Thoracic Society' ha examinado las estrategias de ventilación y medicación que pueden ayudar a evitar el trauma psicológico para los sobrevivientes de COVID-19 graves tratados por el síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA) con ventilación mecánica. Según sus hallazgos, los opiáceos pueden ayudar a aliviar la falta de aliento en los pacientes con SDRA de COVID-19 con ventilación mecánica.
Al examinar los informes recientes de pacientes con infecciones graves por COVID-19 admitidos en las UCI de Seattle, así como en las propias UCI de los autores en el Hospital General de Massachusetts y en el Centro Médico Beth Israel Deaconess, entre el 88 y el 91 por ciento de los pacientes tuvieron dificultad para respirar antes de la intubación y la ventilación mecánica.
"Con la probabilidad de que cientos de miles de pacientes con falta de aliento en todo el mundo durante esta pandemia requieran ventilación mecánica de bajo volumen corriente, nos preocupa la posibilidad de que se produzca un trauma psicológico masivo entre los supervivientes, inducido por el hambre de aire sin tratar", señalan.
Las investigaciones han demostrado que entre los supervivientes de la UCI, la experiencia del hambre de aire se asocia a menudo con el trastorno de estrés postraumático (TEPT). Sin embargo, estos expertos creen que el problema tiene solución: "Los médicos que tratan el SDRA debido a COVID-19, algunos de los cuales pueden no estar acostumbrados a tratar a pacientes con insuficiencia respiratoria, deben primero ser conscientes del problema y luego considerar los medios por los que se puede mitigar el hambre de aire".
Así, evidencian la creencia errónea de que la parálisis reduce la falta de aire. Como resultado, los pacientes a menudo son tratados con fármacos de bloqueo neuromuscular, que sirven como relajantes musculares, para minimizar la lesión pulmonar. "Esto no disminuye el hambre de aire. La parálisis puede empeorar la situación e impedir que el paciente se comunique o demuestre su malestar. Aunque los pacientes también suelen estar sedados, la mayoría de los sedantes que se han estudiado no alivian la falta de aire", detallan.
Los investigadores se refieren a estudios sobre el uso de opiáceos para estos pacientes: "Los opiáceos son el agente más fiable para el alivio sintomático del hambre de aire: parecen actuar tanto a través de la depresión del impulso ventilatorio y las vías de percepción ascendente, como con el dolor".
"Ha habido una tendencia a equiparar la 'sedación' con un efecto 'antidisnea' y el empuje ha sido utilizar la sedación principalmente porque los pacientes suelen estar ansiosos y agitados cuando se les trata con ventilación mecánica. Ahora sabemos que muchos sedantes no alivian la disnea e instamos a los médicos a usar opiáceos para la disnea y sedantes, cuando sean necesarios, para la ansiedad y la agitación", concluyen.