MADRID 12 Dic. (EUROPA PRESS) -
El Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (GEICAM) han participado en un estudio internacional en el que se ha conseguido ampliar la supervivencia global de las mujeres con cáncer de mama HER2 positivo, así como el tiempo en que tardan en recaer tras la cirugía, gracias al tratamiento postquirúrgico durante un año con quimioterapia y un anticuerpo monoclonal.
Esta mutación está presente en el 25 por ciento de los cánceres de mama y, según los expertos, a priori es más agresivo en comparación con el resto.
Por ello, el objetivo principal de esta investigación, cuyos resultados publica el 'The New England Journal of Medicine' (NEJM), era determinar los beneficios de utilizar como tratamiento adyuvante el uso de trastuzumab, comercializado por Roche como 'Herceptin', en combinación con quimioterapia en pacientes ya operadas.
En total, participaron 3.222 mujeres de 41 países que fueron divididas en tres grupos a las que se les administró de forma aleatoria diferentes tratamientos. Un primer grupo fue tratado con una terapia estándar con doxorrubicina y ciclofosfamida, seguido de docetaxel (AC-T); un segundo grupo recibió AC-T más trastuzumab; y un tercero al que se administró docetaxel y carboplatino más trastuzumab (TCH).
Durante el tiempo de seguimiento, hubo 656 casos de recurrencias de la enfermedad (257 en el grupo que recibió AC-T; 185 en el de AC-T más trastuzumab, y 214 en el de TCH), y tanto en supervivencia libre de enfermedad como en supervivencia global, el beneficio fue mayor en los grupos que recibieron trastuzumab frente al grupo de la terapia estándar (AC-T).
En concreto, las tasas de supervivencia libre de enfermedad estimada a cinco años fueron del 75 por ciento entre las pacientes tratadas con AC-T, del 84 por ciento entre las que recibieron AC-T con trastuzumab y del 81 por ciento en las del TCH.
Asimismo, en supervivencia global las tasas fueron del 87, 92 y 91 por ciento, respectivamente, sin diferencias significativas en la eficacia entre los dos regímenes de trastuzumab, siendo ambos superiores a los AC-T.
También se ha mostrado un beneficio de esta terapia biológica en pacientes con afectación de los nódulos linfáticos y alto riesgo de recaída.
Para el presidente de GEICAM, Miguel Martín, "con estos resultados podemos considerar que la terapia con TCH es una alterativa eficaz a los tratamientos estándar con antraciclinas y una manera de superar los riesgos que estos conllevan".