MADRID, 5 Ago. (EUROPA PRESS) -
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha desarrollado un nuevo manual con orientaciones actualizadas sobre la resistencia a los insecticidas en los mosquitos vectores de enfermedades 'Anopheles', 'Aedes' y 'Culex'.
Tal y como recuerdan desde el organismo sanitario de las Naciones Unidas, debido al uso excesivo de insecticidas para controlar a los mosquitos, transmisores de enfermedades como el paludismo y el dengue, estos insectos han desarrollado resistencia.
Así, este documento ofrece orientación sobre cómo evaluar la resistencia a los insecticidas en los mosquitos vectores y está dirigido a los entomólogos y biólogos de campo de los ministerios de salud o de las instituciones asociadas.
También está pensado para los gestores de programas y otras personas encargadas de diseñar y aplicar estrategias de control de vectores que necesiten recurrir a los datos de resistencia para fundamentar sus decisiones.
Por último, puede ayudar a los investigadores y a la industria de los plaguicidas a evaluar, de forma estandarizada, la resistencia de los vectores a los compuestos utilizados en los productos de control de vectores existentes y nuevos.
LA VIGILANCIA, UNA INTERVENCIÓN BÁSICA
Así las cosas, la OMS, siguiendo el pilar 3 de la estrategia técnica mundial contra la malaria 2016-2030, pide que la vigilancia de la malaria se convierta en una intervención básica tanto en los países donde la malaria es endémica como en los que la han eliminado pero siguen siendo susceptibles de que se restablezca la transmisión.
Tal y como destacan, la mejora de la vigilancia de los casos y las muertes por paludismo ayuda a los ministerios de salud a determinar qué zonas y/o grupos de población están más afectados y permite a los países controlar los cambios en los patrones de la enfermedad. "Unos sistemas sólidos de vigilancia del paludismo también ayudan a los países a diseñar intervenciones sanitarias eficaces y a evaluar el impacto de sus programas de control del paludismo", destacan desde la OMS.
En la actualidad, la vigilancia de la malaria es más débil en los países con mayor carga de esta enfermedad, lo que dificulta la evaluación precisa de las tendencias de la enfermedad y la planificación de las intervenciones. En los países que representan el 85 por ciento de la carga mundial de paludismo, las tendencias se basan en modelos y no en la vigilancia rutinaria.
Sin embargo, gracias a la mejora de los sistemas de diagnóstico y notificación, los sistemas de vigilancia están mejorando gradualmente en estos países, pero es necesario un mayor esfuerzo para garantizar la calidad de los datos en todos los sectores del sistema sanitario.