MADRID, 20 Jun. (EUROPA PRESS) -
Tres cuartas partes de las personas que viven con epilepsia en países de bajos ingresos no reciben el tratamiento que necesitan, lo que aumenta el riesgo de morir prematuramente, según ha alertado la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su estudio 'Epilepsia, un imperativo de salud pública'.
"La brecha de tratamiento para la epilepsia es inaceptablemente alta, cuando sabemos que el 70 por ciento de las personas con la enfermedad pueden estar libres de ataques cuando tienen acceso a medicamentos que pueden costar tan solo unos cinco dólares al año (menos de cuatro euros) y pueden administrarse a través de los sistemas de Atención Primaria", ha dicho la doctora del departamento de Salud Mental y Abuso de Sustancias de la OMS, Tarun Dua.
El riesgo de muerte prematura en personas con epilepsia es hasta tres veces mayor que para la población general, si bien en los países de ingresos bajos y medios, la muerte temprana entre las personas con epilepsia es significativamente mayor que en los países de ingresos altos.
Las razones de esta mortalidad prematura en los países de ingresos bajos y medios se asocia a la falta de acceso a los establecimientos de salud cuando las convulsiones son duraderas o se producen juntas sin una recuperación intermedia, así como a causas evitables como, por ejemplo, ahogamientos, lesiones en la cabeza o quemaduras.
Asimismo, la OMS ha recordado que aproximadamente la mitad de los adultos con epilepsia tienen al menos otra condición de salud como depresión o ansiedad. De hecho, se calcula que el 23 por ciento de los adultos con epilepsia experimentarán depresión clínica durante su vida y el 20 por ciento tendrá ansiedad.
Por otra parte, el organismo de Naciones Unida ha avisado de que el estigma sobre la epilepsia también es generalizado. "El estigma asociado con la epilepsia es uno de los principales factores que impiden que las personas busquen tratamiento. Muchos niños con epilepsia no van a la escuela y a los adultos se les niega el trabajo, el derecho a conducir e incluso a casarse. Estas violaciones de derechos humanos experimentadas por personas con epilepsia deben llegar a su fin", ha dicho el presidente de la Oficina Internacional para la Epilepsia, Martin Brodie.
Del mismo modo, el informe de la OMS ha evidenciado que cuando existe la voluntad política, el diagnóstico y el tratamiento de la epilepsia pueden integrarse con éxito en los servicios de Atención Primaria de salud. En concreto, los programas piloto introducidos por la OMS en Ghana, Mozambique, Myanmar y Vietnam han propiciado que más de 6,5 millones de personas tengan acceso al tratamiento.
"Sabemos cómo reducir la brecha en el tratamiento de la epilepsia. Ahora se debe acelerar la acción para introducir las medidas necesarias para hacer una diferencia. Asegurar el suministro ininterrumpido de acceso a los medicamentos anticonvulsivos es una de las principales prioridades, al igual que la capacitación de proveedores de salud no especializados que trabajan en centros de atención primaria de salud", ha zanjado el presidente de la Liga Internacional contra la Epilepsia, Samuel Wiebe.