MADRID, 29 May. (EUROPA PRESS) -
La demencia afecta a nivel mundial a unos 47,5 millones de personas, con 7,7 millones de nuevos casos cada año, y la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que en 2030 habrá 75,6 millones y en 2050 unos 135,5 millones, el triple que actualmente.
Entre el 5 y 8 por ciento de la población general de 60 años sufre esta enfermedad mental en algún momento y entre el 60-70 por ciento de estos casos son enfermedad de Alzheimer, el tipo de demencia más común.
El problema, según ha reconocido este organismo de Naciones Unidas, es que poco más de la mitad (58%) viven en países de ingresos bajos y medios, ya que buena parte del incremento previsto para los próximos años "puede achacarse al hecho de que en los países de ingresos bajos y medios el número de personas con demencia tenderá a aumentar cada vez más", según la OMS.
La demencia es un síndrome que implica el deterioro de la memoria, el intelecto, el comportamiento y la capacidad para realizar actividades de la vida diaria. Aunque afecta principalmente a las personas mayores, no constituye una consecuencia normal del envejecimiento.
Asimismo, es una de las principales causas de discapacidad y dependencia entre las personas mayores en el mundo, lo que también tiene impacto físico, psicológico, social y económico en los cuidadores, las familias y la sociedad.
Esto conlleva importantes repercusiones sociales y económicas en lo que respecta a los costos médicos directos, los sociales y los referidos a la atención prestada fuera del ámbito institucional. En 2010 el costo social total de la demencia a nivel mundial era de unos 604.000 millones de dólares (unos 539.000 millones de euros), lo que equivale al 1 por ciento del producto interior bruto (PIB) mundial, o al 0,6% si solo se tienen en cuenta los costos directos.
Sin embargo, este impacto también tiene variaciones en función del desarrollo de cada país, ya que corresponde al 0,24 por ciento en los países de ingresos bajos y al 1,24 por ciento en los países de ingresos altos.
UNA PRIORIDAD DE SALUD PÚBLICA PARA LA OMS
La OMS reconoce la demencia como una prioridad de salud pública, y entre sus metas más concretas está la de velar por que se intensifiquen los esfuerzos públicos y privados en pro de la mejora de la atención y el apoyo prestados a las personas con demencia y sus cuidadores.
En una conferencia mundial organizada en marzo de 2015 acordaron concienciar acerca del desafío para la salud pública que plantea la demencia, posibilitar una mejor comprensión de la función y la responsabilidad primordiales que desempeñan los gobiernos en la respuesta al desafío de la demencia, y hacer hincapié en la necesidad de una acción coordinada a nivel mundial y nacional.
Para prestar apoyo a los familiares y amigos que atienden a las personas con demencia, la OMS está desarrollando 'iSupport', una solución de cibersalud que proporciona educación, formación y apoyo social a quienes cuidan de estas personas.
La OMS también está creando el Observatorio Mundial de la Demencia con el propósito de que funcione como una plataforma internacional de vigilancia para los formuladores de políticas y los investigadores, a fin de facilitar la planificación y monitoreo futuros de los objetivos estratégicos en materia de carga de demencia, políticas y planes, recursos e investigación.