MADRID, 22 Oct. (EUROPA PRESS) -
La asociación entre la actividad del ciclo menstrual y el riesgo de cáncer de mama y de ovario puede tener un intermediario inesperado: los olores. Científicos de la Escuela de Medicina Keck de la Universidad del Sur de California (USC), en Estados Unidos, han descubierto que el ciclo estral (el equivalente del ciclo menstrual humano) en ratones que portan una mutación conocida por causar predisposición familiar al cáncer de mama y de ovario en seres humanos se estimula más fácilmente por el olor que en ratones normales. Incluso, hallaron que el ovario, independientemente de la nariz, intercede en las señales olfativas.
"Esta investigación indica que un mejor sentido del olfato puede contribuir al riesgo elevado de cáncer de las mujeres con mutaciones BRCA1 --afirma uno de los autores de este trabajo, el doctor Louis Dubeau, profesor de Patología y director médico de Patología Molecular en el 'Norris Comprehensive Cancer Center' de la USC--. Hemos encontrado que la presencia de la mutación en el ovario media en una respuesta más fuerte de olor, lo que implica que la mutación puede influir en el ciclo menstrual, que a su vez es un factor de riesgo establecido para el cáncer de mama y de ovario".
Partiendo de la observación de que los ciclos menstruales a menudo se sincronizan entre compañeras de clase, lo que indica la existencia de algún tipo de comunicación con señales ambientales, los científicos compararon ratones hembras genéticamente modificadas que tenían la mutación BRCA1 con roedores normales o de tipo salvaje. Los expertos aislaron las hembras de los machos, provocando que el ciclo estral se detuviera en las hembras. Cuando se expuso a las hembras al lecho del macho, aquellas con la mutación BRCA1 iniciaron el ciclo estral más rápido que las de tipo salvaje.
Para confirmar que los resultados estaban influidos por el ovario independientemente de la nariz, los científicos trasplantaron ovarios de ratones con la mutación BRCA1 en roedores de tipo salvaje y ovarios de ratones normales en ratones genéticamente modificados que llevaban la mutación, como se detalla en un artículo sobre el trabajo que se publica este miércoles en 'Plos One'. Los ratones hembra de tipo salvaje con la mutación BRCA1 presente en sus trasplantes ováricos respondieron más rápidamente cuando se les presentó el aroma masculino que los ratones mutantes con trasplante de ovario de tipo salvaje que llevan la mutación en todos los tejidos excepto en el ovario.
"Hemos sabido durante mucho tiempo que los receptores del olor se expresan en todo tipo de tejidos, pero sabemos muy poco acerca de lo que estos receptores hacen fuera de la nariz --dice Dubeau--. Sólo ciertos tejidos en la mama y los órganos reproductivos tienen un riesgo elevado de cáncer en las mujeres que portan una mutación BRCA1. Encontramos que las mutaciones BRCA1 no sólo influyen en estos tejidos directamente, sino también indirectamente cambiando la forma en que se comunican con otras células".
"Esta investigación es uno de varios ejemplos que muestran en mi laboratorio dónde BRCA1 controla cómo diferentes células se comunican a distancia. Si podemos entender cómo la interrupción de estas comunicaciones conduce a un riesgo elevado de cáncer en portadoras de la mutación BRCA1, podemos desarrollar terapias para controlar estos tipos de cáncer, incluyendo quizás terapias basadas en el olor", concluye.