MADRID, 19 Jun. (EDIZIONES) -
El ser humano es capaz de percibir millones de olores, pero también emite sus propios olores - aunque no tantos como millones --. Pese a ello, siempre nos decantamos por el sentido de la vista, no concediéndole tanta importancia al olfato, cuando realmente tiene más de la que pensamos.
Y es que, si lo pensamos bien, todos los animales tenemos olfato, desde las polillas y los cerdos hasta los perros, famosos por su fino olfato. Pero no queda ahí la cosa porque está más que demostrado en la actualidad que las plantas también lo hacen y hasta se transmiten mensajes por fragancias.
Bill Hanson es director del Instituto Max Planck de Ecología Química en Jena (Alemania), y exvicepresidente de la Sociedad Max Planck. Es referente en el estudio del olfato y no queríamos dejar pasar la oportunidad en Infosalus de entrevistarle para conocer un poco mejor este sentido al que tenemos tan olvidado.
Nos cuenta en esta charla que tendemos a pensar que la vista y el oído son los sentidos primordiales; si bien advierte de que cuando perdemos el olfato nos damos cuenta de lo importante que es disfrutar de la comida, de la bebida, de la naturaleza, de los amigos, de nuestra pareja, o por ejemplo de nuestra mascota, etc.
EL GUSTO ES EN REALIDAD UN 90% OLFATO
"La función es monitorear nuestro entorno químico, incluso dentro de la boca. La mayor parte de lo que llamamos 'gusto' es en realidad olfato. Trata de taparte la nariz mientras comes o bebes. Oler también es un importante sistema de advertencia para detectar humo, o por ejemplo que la comida está podrida", reconoce.
Es más, subraya que lo que llamamos 'gusto' es en realidad un 90% olfato: "El olfato ingresa a tus oídos por las aberturas en la parte posterior de tu boca; es lo que se conoce como el 'olor retronasal'".
CÓMO FUNCIONA EL OLFATO
Hansson mantiene que todos los seres humanos tenemos la capacidad de oler, aunque con matizaciones: "Cada persona tiene una configuración única de capacidades sensoriales. Esto es válido también para el olfato. Se sabe que ocurren muchos polimorfismos entre humanos. Llevamos básicamente la misma capacidad de oler, pero con alguna variación entre unas personas y otras".
¿Y cómo funciona el olfato? El director del Instituto Max Planck de Ecología Química señala que las moléculas entran por la nariz, donde interactúan con receptores expresados en los nervios olfativos de la nariz. "Se pueden activar alrededor de 350 receptores en diferentes combinaciones, dando una capacidad de codificación casi ilimitada del sistema. Desde la nariz, los nervios se proyectan hacia el bulbo olfativo, donde se conectan con neuronas de orden superior", resalta.
QUÉ ES LO QUE MÁS LE PERJUDICA
En esta línea, y preguntado sobre los hábitos del día a día que más lo dañan, este especialista alerta sobre el hábito tabáquico, que tanto le daña, el vivir en zonas contaminadas, con polución, así como el estar expuesto, por ejemplo, a químicos.
¿Y podemos mejorar nuestro olfato? Este experto, que ha publicado 'Cuestión de olfato' (Crítica) --un manual en el que recoge todos los conocimientos trabajados en su laboratorio - asegura que sí pero si lo entrenamos: "Oler diferentes fuentes de identidad conocida ayudará a recuperar el olfato después de que se haya perdido; poniendo el ejemplo de la infección de COVID-19, con la que numerosas personas perdieron temporalmente el olfato".
