MADRID, 25 Feb. (EUROPA PRESS) -
La mortalidad diaria atribuible a las olas de frío en España es superior a la atribuible a las olas de calor, según las conclusiones de un estudio realizado por investigadores de la Escuela Nacional de Sanidad del Instituto de Salud Carlos III.
El trabajo, cuyos resultados publica la revista 'Environment International', analiza la mortalidad que se ha producido en los municipios de más de diez mil habitantes en España entre los años 2001 y 2009, comparando las defunciones atribuibles a las olas de calor y a las de frío.
El equipo, liderado por el investigador Julio Díaz, ha determinado la temperatura de definición de ola de calor y de frío para cada una de las capitales de provincia.
De este modo, vieron que durante estos casi diez años de análisis a nivel nacional se produjeron 4.373 días con olas de calor en el conjunto de las capitales de provincia españolas y 3.006 de olas de frío. Y mientras que en las muertes asociadas a las olas de calor fueron 13.000, las registradas en periodos de frío extremo fueron 10.500.
Sin embargo, al cruzar los datos se vio que cada día con ola de frío la mortalidad media aumenta en 3,5 personas, mientras que cuando hay ola de calor en cualquier capital de España el incremento de la mortalidad en esa provincia es, en media, de 3 personas, por lo que la mortalidad diaria atribuible al frío supera a la del calor.
TAMBIÉN HAY MUERTES POR OLAS DE FRÍO EN ZONAS TEMPLADAS
Al igual que existe mortalidad atribuible al calor en todas las capitales de provincia de España, independientemente de que sus climas sean más o menos calurosos, también existe mortalidad atribuible al frío en las regiones más templadas como Málaga o Sevilla.
Los procesos de adaptación de la población a las bajas temperaturas y factores socioeconómicos pueden explicar el comportamiento observado en la mortalidad atribuible a extremos térmicos a nivel provincial.
En otros trabajos de este grupo de investigación se ha observado que mientras que la mortalidad atribuible a las olas de calor está disminuyendo, la atribuible al frío, al menos, se está manteniendo constante.
Los investigadores apuntan la existencia de Planes de Prevención ante olas de calor y la denominada "cultura del calor" pueden influir en estos resultados.