MADRID, 8 May. (EUROPA PRESS) -
Se sabe que la exposición a ruidos extremadamente fuertes, ya sea una explosión, un petardo o incluso un concierto, puede conducir a la pérdida permanente de audición; pero saber cómo tratar la pérdida de audición inducida por el ruido, que afecta a alrededor del 15 por ciento de los estadounidenses, en gran medida ha sido un misterio.
Eso eventualmente puede cambiar, gracias a una nueva investigación de la Escuela de Medicina Keck de la Universidad del Sur de California (USC), en Estados Unidos, que arroja luz sobre cómo ocurre la pérdida auditiva inducida por el ruido y cómo una simple inyección de una solución a base de sal o azúcar en el oído medio puede preservar audición.
Para desarrollar un tratamiento para la pérdida de audición inducida por el ruido, los investigadores primero tuvieron que entender sus mecanismos. Para ello, construyeron una herramienta utilizando una novedosa óptica en miniatura para obtener imágenes dentro de la cóclea, la parte auditiva del oído interno, y expusieron a los ratones a un fuerte ruido similar al de una bomba en el camino.
Los investigadores, cuyo trabajo se publica este lunes en 'Proceedings of the National Academy of Sciences' (PNAS), descubrieron que pueden suceder dos cosas después de la exposición a un ruido fuerte: las células ciliadas sensoriales, que son las células que detectan el sonido y lo convierten en señales neuronales, mueren y el oído interno se llena de líquido en exceso, lo que lleva a la muerte de las neuronas.
"Esa acumulación de presión de líquido en el oído interno es algo que podrías notar si vas a un concierto ruidoso", dice el autor correspondiente del estudio, John Oghalai, presidente y profesor del Departamento de Otorrinolaringología, Cirugía del Cuello de la USC y titular de la Cátedra Leon J. Tiber y David S. Alpert de Medicina. "Cuando sales del concierto, sentirás tus oídos taponados y es posible que tengas un zumbido en los oídos. Pudimos ver que esta acumulación de líquido se correlaciona con la pérdida de neuronas".
Tanto las neuronas como las células ciliadas sensoriales desempeñan papeles críticos en la audición. "La muerte de las células ciliadas sensoriales conduce a la pérdida de la audición. Pero incluso si algunas células ciliadas sensoriales permanecen y aún funcionan, si no están conectadas a una neurona, entonces el cerebro no escuchará el sonido", dice Oghalai.
Los investigadores encontraron que la muerte de células ciliadas sensoriales se produjo inmediatamente después de la exposición a ruidos fuertes y era irreversible. Sin embargo, el daño de las neuronas tuvo un inicio tardío, lo que abrió una ventana de oportunidad para el tratamiento.
SOLUCIONES A BASE DE SAL Y AZÚCAR
La acumulación de líquido en el oído interno se produjo durante unas pocas horas después de la exposición al ruido fuerte y contenía altas concentraciones de potasio. Para revertir los efectos del potasio y reducir la acumulación de líquido, se inyectaron soluciones a base de sal y azúcar en el oído medio, justo a través del tímpano, tres horas después de la exposición al ruido.
Los investigadores encontraron que el tratamiento con estas soluciones previene el 45-64 por ciento de la pérdida de neuronas, lo que sugiere que el tratamiento puede ofrecer una forma de preservar la función auditiva. El tratamiento podría tener varias aplicaciones potenciales, señala Oghalai.
"Puedo imaginar soldados que lleven una botella pequeña de esta solución con ellos y la usan para evitar daños auditivos después de la exposición a la presión de la explosión de una bomba colocada en el camino --dice--. También podría tener potencial como tratamiento para otras enfermedades del oído interno que están asociadas con la acumulación de líquido, como la enfermedad de Meniere".
Oghalai y su equipo planean llevar a cabo más investigaciones sobre la secuencia exacta de pasos entre la acumulación de líquido en el oído interno y la muerte neuronal, seguidas de ensayos clínicos de su posible tratamiento para la pérdida de audición inducida por el ruido.