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MADRID, 26 Nov. (EDIZIONES) -
Cuando una persona "se despierta" de la anestesia general, lo que realmente sucede es que los fármacos anestésicos dejan de ejercer su efecto sobre el sistema nervioso central. Durante la anestesia, estos medicamentos reducen la actividad de las neuronas en áreas cerebrales responsables de la consciencia, de la memoria, y de la percepción del dolor.
"A medida que el anestesista interrumpe la administración de los fármacos, su concentración en sangre y en el cerebro disminuye, y el cerebro retoma progresivamente su actividad normal", subraya durante una entrevista con Europa Press Salud Infosalus Francisco Javier Daviu Cobián, jefe del servicio de Anestesiología y Reanimación del Hospital Universitario Vithas Madrid La Milagrosa (Madrid).
Eso sí, advierte este experto de que el despertar "no es un encendido instantáneo", sino un proceso ordenado, en el que se recuperan primero las funciones automáticas (como la respiración espontánea), y después la consciencia básica, la capacidad de respuesta a los estímulos verbales y sensitivos y, por último, la orientación y la capacidad de respuesta a las órdenes sencillas.
CUÁL PUEDE SER EL TIEMPO DE RECUPERACIÓN
Tras una intervención, el tiempo de recuperación de la consciencia de la persona depende del tipo de anestesia, de la duración de la cirugía, y del propio paciente, tal y como indica este experto de Vithas. Por ejemplo, enn una anestesia general convencional, dice que la mayor parte de las personas recuperan la consciencia en pocos minutos tras finalizar la intervención.
"Sin embargo, la recuperación completa puede tardar más tiempo, entre 30 minutos y 2 horas. En anestesias más prolongadas o en pacientes mayores, este proceso puede ser algo más lento", precisa este anestesiólogo.
Así, indica que en una anestesia general el paciente pierde completamente la consciencia y la capacidad de respuesta a estímulos. "El despertar implica la reversión de ese estado global de desconexión cerebral", apostilla el doctor Daviu Cobián.
Mientras, señala que en una sedación, al ser un procedimiento más complejo, ya que hay distintos niveles de profundidad (que van desde una ansiólisis para que el paciente esté 'tranquilo' hasta un grado de inconsciencia en el que el paciente no puede responder a estímulos verbales ni dolorosos): "En los niveles más superficiales, el paciente puede recuperarse rápidamente; mientras que en los niveles más profundos, el tiempo de recuperación es similar al de una anestesia general".
A su vez, explica que, en la anestesia local o regional, como la epidural, la raquídea, o en el caso por ejemplo de un bloqueo de un nervio periférico, sólo se bloquea la sensibilidad de una parte del cuerpo. "El paciente puede estar consciente durante todo el tiempo, en cuyo caso no habría 'despertar'. En este caso, lo que tarda en despertarse es la zona anestesiada, que se va recuperando progresivamente la sensación térmica, propioceptiva, dolorosa, y la movilidad", afirma.
LAS PRIMERAS SENSACIONES
Con ello, preguntamos a este especialista qué es lo más habitual que siente el paciente al despertar, subrayando que lo más frecuente es sentir sueño, cierta desorientación, frío, o temblores leves, e incluso una sensación similar a una resaca o aturdimiento. "Algunos pacientes también refieren sequedad de boca o náuseas", apostilla el jefe del servicio de Anestesiología y Reanimación del Hospital Universitario Vithas Madrid La Milagrosa.
Estas sensaciones, tal y como prosigue, se deben a la persistencia parcial de los fármacos en el organismo, y a los cambios fisiológicos sufridos durante la cirugía. "Para minimizar estos efectos secundarios, durante la cirugía se toman medidas como administrar calor, hidratar bien al paciente, o utilizar fármacos que disminuyen las náuseas y los vómitos postoperatorios", agrega.
A VECES NO TE ACUERDAS DE NADA
En concreto, entre los efectos secundarios que pueden aparecer tras la anestesia especifica que los más habituales son la somnolencia y el cansancio, que pueden durar unas pocas horas, y el paciente va "despertándose" progresivamente; temblor y frío, por la hipotermia que sufren los pacientes en función del tipo y del tiempo de cirugía; náuseas o vómitos, sobre todo en cirugías abdominales o con anestésicos inhalatorios; además de confusión y amnesia causadas por los fármacos anestésicos, más frecuentes en personas mayores.
Precisamente, explica el doctor Francisco Javier Daviu Cobián que los fármacos anestésicos, además de inducir el sueño, tienen efectos amnésicos, es decir, que bloquean la formación de nuevos recuerdos, por lo que es posible que el paciente no recuerde nada desde que entró en el quirófano, aunque haya estado despierto en algún momento.
"Aunque también es cierto que no siempre se administran estos fármacos con propiedades amnésicas, por lo que en algunas sedaciones o en fases muy superficiales de la anestesia pueden formarse recuerdos fragmentados o confusos, sobre todo de sonidos o de voces. En otras ocasiones, los procedimientos se realizan exclusivamente con anestesia local o regional, sin administrar ningún fármaco anestésico intravenoso, y en estos casos los pacientes no pierden la consciencia en ningún momento", agrega.
Con todo ello, preguntamos a este anestesiólogo cuáles son los principales cuidados que deben mantener las personas que se han sometido a una anestesia tras su despertar, subrayando este especialista de Vithas que, durante las primeras horas, el sistema nervioso y los reflejos todavía pueden estar algo lentos, por lo que se recomienda no conducir ni majear maquinaria en las 24 horas posteriores; mantener reposo y contar con un acompañante, especialmente tras la sedación o la anestesia general; iniciar la tolerancia de bebida y de comida según las indicaciones de su anestesista y/o cirujano; y por último, y si aparecen náuseas, fiebre, dolor intenso o dificultad respiratoria, avisar al equipo médico.