MADRID 5 Sep. (EUROPA PRESS) -
La obtención de biopsias de la corteza prefrontal durante la cirugía de estimulación cerebral profunda (ECP) en pacientes vivos no aumenta el riesgo de eventos adversos o deterioro cognitivo en comparación con los procedimientos de ECP estándar que no implican biopsias, tal y como ha demostrado un equipo de científicos de investigación clínica de la Escuela de Medicina Icahn en Mount Sinai (Estados Unidos)
Los hallazgos del estudio, publicados en 'Neurocirugía', la publicación oficial del Congreso de Cirujanos Neurológicos, establecen la seguridad de un enfoque que permite a los investigadores recolectar valioso tejido cerebral humano vivo durante procedimientos neuroquirúrgicos planificados, abordando así una barrera crítica en la investigación neurocientífica y preservando la seguridad del paciente. La mayoría de los estudios sobre el funcionamiento del cerebro a nivel molecular se han realizado con muestras de pacientes fallecidos debido a la falta de métodos seguros para obtener muestras de cerebro humano vivo.
"A través del 'Proyecto Cerebro Vivo' en el Monte Sinaí, desarrollamos un método para biopsiar de forma segura un pequeño volumen de tejido cerebral de una región de la corteza prefrontal durante la colocación del electrodo de estimulación cerebral profunda", comenta el doctor Brian Kopell, director del Centro de Neuromodulación, codirector del Proyecto Cerebro Vivo en el Monte Sinaí y coautor principal del artículo.
"El análisis retrospectivo de seguridad demuestra claramente que existen formas seguras e innovadoras de involucrar a pacientes neuroquirúrgicos en actividades de investigación con el potencial de generar un gran avance científico. Agradecemos profundamente a los pacientes que han elegido colaborar con nosotros en este trabajo".
El equipo de investigación analizó los eventos adversos agudos, definidos como infección, hemorragia intracraneal (HIC) y convulsiones, tras la colocación de 1.152 electrodos de estimulación cerebral profunda (ECP) en 590 pacientes en un solo hospital entre 2013 y 2024. Se obtuvieron biopsias de la corteza prefrontal en 652 procedimientos (grupo con biopsia) y no en 500 (grupo sin biopsia). Se realizó una tomografía computarizada (TC) a las pocas horas de cada procedimiento y se revisaron los historiales médicos de los pacientes para detectar HIC aguda, convulsiones e infección desde la fecha del procedimiento hasta 90 días después. Se realizó un seguimiento de un subgrupo de pacientes durante aproximadamente un año para evaluar los resultados cognitivos.
La estimulación cerebral profunda es un tratamiento neuroquirúrgico electivo para enfermedades neurológicas y de salud mental. Una técnica común para implantar de forma segura el electrodo DBS implica cauterizar un pequeño volumen de corteza prefrontal antes de insertar la cánula, un tubo hueco especializado a través del cual se coloca el cable del electrodo. Para el estudio actual, todos los procedimientos de DBS fueron realizados por un solo neurocirujano utilizando técnicas estereotácticas estándar.
Todos los procedimientos implicaron un orificio de trepanación frontal estándar y la colocación de una cánula estereotáctica, con la preparación de la superficie cortical difiriendo solo por la inclusión de una biopsia de corteza prefrontal (obtenida antes de la cauterización y utilizando una herramienta de punción estándar). Se midieron los tamaños de biopsia para 231 biopsias. El volumen medio de biopsia medido fue igual a 40 mm* y el volumen mediano fue igual a 30 mm*. Los autores del estudio señalan que los tamaños de biopsia ajustados distribuidos alrededor de la media demuestran que el procedimiento de biopsia de corteza prefrontal de Living Brain Project puede ser altamente estandarizado, reproducible y preciso.
"La posibilidad de estudiar de forma segura el cerebro de personas vivas abre un nuevo abanico de interrogantes sobre la función cerebral que los investigadores pueden abordar", destaca el doctor Alexander W. Charney, director del Instituto Charles Bronfman de Medicina Personalizada, codirector del Proyecto Cerebro Vivo y coautor principal del estudio.
"Mediante esta técnica, el Proyecto Cerebro Vivo ya está realizando diversas contribuciones a la investigación médica, incluyendo una caracterización exhaustiva de la biología del cerebro humano vivo, tecnología para estudiar los circuitos cerebrales humanos a nivel de sinapsis, tecnología para administrar terapia génica al cerebro y conocimientos sobre la patogénesis de las enfermedades cerebrales. Dado el perfil de seguridad de la técnica, estamos deseando que otras instituciones sigan los mismos métodos y amplíen el alcance de este trabajo".