MADRID, 19 Sep. (EUROPA PRESS) -
Los científicos continúan desenmarañando los vínculos entre el peso corporal y el microbioma intestinal. Ahora, investigadores del Instituto de Descubrimientos Médicos Sanford Burnham Prebys (SBP), en La Jolla, California, Estados Unidos, informan de un hallazgo inesperado: los ratones alimentados con una dieta rica en grasas y manosa, un azúcar, estaban protegidos contra el aumento de peso, eran más delgado y estaban más en forma, un efecto monitorizado con cambios en el microbioma intestinal.
"La obesidad y las enfermedades relacionadas, como la esteatohepatitis no alcohólica (EHNA), están en aumento, y los científicos están a la caza de nuevos tratamientos, especialmente para las personas que no pueden hacer ejercicio --explica el investigador Hudson Freeze, director y profesor del Programa de Genética Humana en SBP--. Entender mejor los efectos de la manosa en el microbioma intestinal puede conducir a nuevas terapias para tratar la obesidad".
Freeze y su equipo, cuyo trabajo se publica este martes en 'Cell Reports', estaban estudiando la manosa en el contexto de una rara enfermedad llamada trastorno congénito de la glicosilación (CDG). Las personas con una forma específica de la patología pueden tratarse con manosa. Mientras realizaban su investigación, los científicos observaron los efectos anti-obesidad de la alimentación con manosa.
BENEFICIOS EN ROEDORES JÓVENES
Una mirada más cercana reveló que los ratones también estaban protegidos de los efectos negativos típicos de una dieta rica en grasas. Tenían menos grasa corporal, menos grasa en el hígado, azúcar en la sangre estable e incluso una mejor condición física. Sorprendentemente, estos beneficios solo se observaron cuando los roedores recibieron manosa temprano en la vida: los ratones más viejos no se beneficiaban de la manosa.
"El microbioma intestinal es muy dinámico en los primeros años de vida", dice Vandana Sharma, autor principal del artículo y científico del laboratorio de Freeze. "Debido a que solo los ratones jóvenes que recibieron manosa exhibían esbeltez, pensamos que el microbioma podría estar involucrado", añade.
A pesar de comer la misma cantidad de alimentos grasos, los ratones alimentados con manosa absorbieron menos nutrientes y en su lugar los excretaron. Trabajo adicional mostró que la composición microbiana del intestino reflejaba la de ratones delgados alimentados con una dieta regular. Cuando se eliminó la manosa, los roedores con la dieta grasa recuperaron peso y la composición del microbioma intestinal se modificó para parecerse a la de los ratones obesos que tomaron alimentos grasos pero que no recibieron manosa.
Los científicos también descubrieron que los microbios intestinales de los ratones alimentados con manosa eran menos eficientes en el procesamiento de carbohidratos, una fuente de energía. "Estos hallazgos confirman aún más el importante papel del microbioma intestinal en el metabolismo --dice Freeze--. El microbioma explica parcialmente los efectos beneficiosos de la manosa, pero sigue siendo un misterio cómo afecta exactamente el metabolismo del cuerpo".