La obesidad infantil puede suponer hasta un 40% más de presión sobre el pie

La obesidad infantil puede suponer hasta un 40% más de presión sobre el pie
La obesidad infantil puede suponer hasta un 40% más de presión sobre el pie - CONSEJO GENERAL DE PODOLOGÍA DE ESPAÑA
Infosalus
Publicado: martes, 28 octubre 2025 11:06

MADRID 28 Oct. (EUROPA PRESS) -

Un equipo de investigadores liderados por la Universidad Católica San Antonio de Murcia (UCAM) ha descubierto que la obesidad infantil puede suponer hasta un 40 por ciento más de presión sobre el pie, afectando a su desarrollo, a su postura y a su forma de caminar.

El estudio, publicado en la 'Revista Española de Podología', ha mostrado una mayor presión plantar en la zona del mediopié respecto a quienes tienen un peso saludable, lo que les hace invertir más tiempo en cada fase del paso (unos 45 milisegundos más), lo que se traduce en una marcha más lenta y mayor sobrecarga en articulaciones.

"Lo más preocupante es comprobar que el exceso de peso afecta a la forma de caminar desde edades muy tempranas. Esto puede tener consecuencias en el desarrollo motor y aumentar el riesgo de lesiones o dolores crónicos en el futuro", ha advertido la líder del estudio e investigadora de la UCAM, Cristina Molina García.

Aunque los científicos han observado que estos niños mostraban una mejor estabilidad estática y mayor fuerza en los pies, han considerado que se trata de un mecanismo de compensación para soportar la sobrecarga y no de un beneficio real.

"El pie del niño con obesidad ya está avisando de que algo no va bien", ha subrayado Molina, detallando que los problemas podológicos pueden influir en la autoestima y la participación social de los menores, y es que los niños con alteraciones en la marcha o con molestias en los pies podrían acabar evitando actividades físicas, limitando su desarrollo motor y generando sentimientos de frustración, exclusión o baja autoestima.

Además, ha afirmado que estos niños son más susceptibles de sufrir burlas en el entorno escolar si su forma de caminar es distinta o tienen dificultad para seguir el ritmo, lo que puede generar inseguridad o avergonzarles, y derivar en conductas sedentarias o en aislamiento, agravando el problema.

"Una marcha alterada en la infancia puede condicionar la salud locomotora del adulto", ha recordado la investigadora, incidiendo en que la prevención de la obesidad infantil no solo protege frente a enfermedades cardiovasculares o metabólicas, sino que también es fundamental para el desarrollo musculoesquelético.

En relación a ello, ha destacado que un peso adecuado facilita una marcha normal, reduce el riesgo de deformidades en los pies y mejora la calidad de vida desde la infancia, por lo que un enfoque "integral" que tenga en cuenta tanto lo físico como lo emocional es esencial para el abordaje de la obesidad infantil, todo ello mientras se evita la estigmatización.

SIN DIFERENCIAS SIGNIFICATIVAS EN EL RIESGO DE PIE PLANO

Por otro lado, los investigadores no han logrado encontrar diferencias significativas en el riesgo de desarrollar pie plano entre niños con sobrepeso y aquellos con normopeso.

"El exceso de tejido adiposo en el arco medial puede dar la falsa impresión de pie plano en huellas plantares, pero nuestros datos no lo confirman. Es necesario utilizar herramientas diagnósticas más precisas", ha señalado la especialista.

El estudio ha consistido en el análisis de 196 niños de entre 5 y 10 años, a quienes se les ha aplicado parámetros como el ángulo de Fick, que mide la angulación natural de los pies hacia fuera al caminar; la pronación y supinación, que es la rotación del pie hacia dentro o hacia fuera al apoyarlo durante la marcha; o la baropodometría, un estudio de la distribución del peso sobre las plantas de los pies.

Los investigadores han concluido que la identificación de estas alteraciones de forma temprana es "clave" para diseñar estrategias preventivas, que incluyan revisiones podológicas, actividad física adaptada y calzado adecuado.

Asimismo, han recomendado a familias y pediatras prestar atención a síntomas como dolor en los pies, torpeza al caminar, fatiga, desgaste anómalo del calzado o posturas extrañas al andar, y han manifestado que una revisión podológica puede ser decisiva para detectar y corregir estas alteraciones a tiempo.

Entre las principales medidas de prevención se incluyen la actividad física regular, las revisiones periódicas en podología, el uso de calzado adecuado y, en algunos casos, plantillas a medida.

Por último, han apuntado la necesidad de realizar estudios longitudinales para observar la evolución de estas alteraciones a lo largo del crecimiento y comprobar si es posible revertirlas con intervenciones específicas, y se encuentran planeando analizar el impacto de distintos tipos de ejercicio físico y tratamientos podológicos en la mejora de la marcha de los niños con sobrepeso, con el objetivo de establecer protocolos de actuación basados en evidencia científica.

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