MADRID 20 Nov. (EUROPA PRESS) -
El número total de bajas laborales debidas a enfermedades comunes o accidentes no laborables iniciadas aumentó un 12,02 por ciento a septiembre de 2023 con respecto a los datos a septiembre de 2022, según el informe 'Absentismo Laboral derivado de la Incapacidad Temporal por Contingencias Comunes (ITCC)', elaborado por la Asociación de Mutuas de Accidentes de Trabajo (AMAT).
En total, equivale a 436.408 bajas más con respecto al mismo periodo del ejercicio precedente, pasando de 3.630.182 bajas laborales iniciadas de enero a septiembre del ejercicio 2022 a 4.066.590 bajas en los mismos meses del ejercicio 2023.
Con respecto al gasto en prestaciones económicas de seguridad social a cargo de las mutuas por bajas laborales derivadas de enfermedades comunes y accidentes no laborales, se aprecia un incremento a septiembre de 2023 del 14,66 por ciento, lo que equivale a 802 millones de euros más respecto al mismo periodo del ejercicio precedente.
El coste directo que conlleva a las empresas estas bajas laborales a septiembre del 2023 creció un 16,2 por ciento, lo que equivale a 675 millones de euros más respecto al mismo periodo del año anterior. El total acumulado de estos gastos es aproximadamente de 1.480 millones de euros más en los nueve primeros meses de 2023 con respecto al mismo periodo de 2022, es decir, un 15 por ciento más.
Con los datos de los tres primeros trimestres se estima que, en 2023, las bajas laborales derivadas de enfermedades comunes y accidentes no laborales supondrán un gasto en prestaciones económicas de la seguridad social y un coste directo para las empresas de aproximadamente 25.000 millones de euros.
La duración media de estas bajas laborales en 2023 apenas desciende en 1,5 días respecto con las del mismo periodo de 2022. El 12 por ciento de los trabajadores concentran aproximadamente al 60 por ciento de los procesos de baja por enfermedad o accidente no laboral.
Igualmente, destacan las bajas laborales en vigor derivadas de enfermedades comunes y accidentes no laborales con una duración superior a 545 días y a 730 días, ya que han sufrido un aumento muy importante en este último año.
Asimismo, trabajadores enfermos y diagnosticados con una patología traumatológica han tardado un mes más de lo necesario en recuperar su salud para poder reincorporarse al trabajo, es decir, casi el doble del tiempo requerido si esta asistencia sanitaria pudiera ser prestada por las mutuas colaboradoras con la seguridad social.
ABSENTISMO LABORAL POR ENFERMEDADES Y ACCIDENTES NO LABORALES EN 2022
El coste de las bajas laborales derivadas de enfermedades comunes y accidentes no laborales ha venido incrementándose en los últimos años. A nivel nacional, en 2022, supusieron un gasto en prestaciones económicas de la seguridad social y un coste directo para las empresas superior a 21.527 millones de euros. Este gasto fue 2.600 millones de euros superior al del ejercicio 2021, y 8.593 millones de euros respecto al de 2017.
Además, el gasto del absentismo laboral por enfermedades comunes y accidentes no laborales ha crecido en más de un 66 por ciento en los últimos cinco años. La población media protegida por contingencia común por la seguridad social en 2022 se incrementó en un 4,27 por ciento respecto a la de 2021, hasta alcanzar los 18.556.113 trabajadores protegidos.
Igualmente, en 2022 se ha superado la población protegida media anterior a la pandemia del Covid-19 que, en el ejercicio 2019 fue de 17.769.363 trabajadores. Asimismo, en el ejercicio 2022, se produjeron 7.301.024 bajas laborales derivadas de enfermedades comunes y accidentes no laborales, un 34,15 por ciento más que en 2021; de igual modo, esta cifra fue superior al número de bajas del ejercicio 2019, que ascendió a 5.966.056 (22,38%).
Debido a que el número de bajas laborales por esta causa aumentó en 2022 con respecto a los tres años anteriores, el gasto en prestaciones económicas de seguridad social en el año 2022 se ha visto incrementado en un 15,7 por ciento, 17,30 por ciento y 33,74 por ciento respecto a los años 2021, 2020 y 2019 respectivamente, ascendiendo a 11.259,39 millones de euros millones de euros en 2022.
Este incremento del gasto en prestaciones de seguridad social se justifica por el incremento de los salarios, pero, sobre todo, por el aumento de las bajas laborales en 2022 con respecto a los tres años anteriores, incluido el 2019, que fue un año antes de la pandemia del Covid-19.
DATOS DEL SECTOR DE MUTUAS
Así las cosas, a nivel nacional, 1.138.214 bajas laborales derivadas de enfermedades comunes y accidentes no laborales diagnosticadas, como patologías traumatológicas, tuvieron una duración de 68,64 días de media en 2022.
Las mutuas colaboradoras con la seguridad social, durante 2022, gestionaron y trataron 561.563 bajas laborales traumatológicas derivadas de accidentes de trabajo, con una duración media de 39,49 días. De los datos anteriores, se aprecia que bajas laborales equivalentes, diagnosticadas como patologías traumatológicas, tardaron en los centros sanitarios de las mutuas aproximadamente 30 días menos de lo que tardaron los servicios públicos de salud de las CCAA en recuperar la salud de los trabajadores.
Esto quiere decir que los trabajadores de baja laboral por enfermedades comunes o accidentes no laborales tardan "innecesariamente" un mes más en recuperar su salud y poder reincorporarse al trabajo.
"A nivel nacional, si las mutuas pudieran prestar una asistencia sanitaria integral y gestionar administrativamente con todas las facultades las bajas laborales derivadas de enfermedades comunes y accidentes no laborales diagnosticadas como traumatológicas, se podría recuperar la salud de los trabajadores que las padecen en la mitad de tiempo y obtener un ahorro económico superior a los 2.370 millones de euros", comentan desde la asociación.
Los médicos de las mutuas colaboradoras con la seguridad social ya emiten los correspondientes partes médicos de baja, confirmación y alta en las bajas laborales derivadas de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales, por lo que el ejercicio de esta competencia para las enfermedades comunes y accidentes no laborales diagnosticadas como una patología traumatológica no generaría problema alguno a estas entidades. En este sentido, los trabajadores atribuyen a las mutuas un 8,6 sobre 10, en el nivel de calidad de asistencia sanitaria, según los últimos datos.