MADRID, 23 May. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Universidad de Radboudumc (Países Bajos) y colaboradores han analizado el líquido cefalorraquídeo de más de 1.000 pacientes con meningitis tuberculosa en Vietnam e Indonesia, identificando marcadores metabólicos asociados con la mortalidad.
Así, descubrieron que diez metabolitos, especialmente los ácidos grasos hidroxilados, predijeron un pronóstico desfavorable, independientemente del estado serológico respecto al VIH o la gravedad de la enfermedad. Los hallazgos, recogidos en 'Med' destacan la desregulación de la Beta-oxidación como un factor clave en la progresión de la enfermedad, lo que abre nuevas vías para terapias dirigidas.
La meningitis es la forma más grave de tuberculosis. La inflamación dañina contribuye a su mal pronóstico. Los corticosteroides reducen la mortalidad, pero casi el 50% de los pacientes fallecen o quedan discapacitados. Los investigadores plantearon la hipótesis de que las vías metabólicas podrían influir en el pronóstico de la enfermedad y ayudar a desarrollar una terapia dirigida al huésped más eficaz. Midieron los niveles de 469 metabolitos en el líquido cefalorraquídeo obtenido de 1067 pacientes vietnamitas e indonesios con meningitis tuberculosa, con y sin VIH, antes del inicio del tratamiento, y observaron a estos pacientes para determinar su evolución clínica.
En el trabajo, la mortalidad se asoció significativamente con diez metabolitos, incluidos tres ácidos grasos hidroxilados con una longitud máxima de ocho carbonos. Estos metabolitos predijeron la mortalidad, independientemente del estado serológico respecto al VIH, la gravedad de la enfermedad y los niveles de triptófano en el líquido cefalorraquídeo, que previamente se había identificado como un importante metabolito pronóstico.
Los resultados sugieren que la Beta-oxidación desregulada podría ser un factor importante y potencialmente modificable que contribuye a la mortalidad en la meningitis tuberculosa. Se están realizando estudios de seguimiento, que incluyen el mapeo cuantitativo de locus de rasgos y el análisis de variantes genéticas raras, en los mismos grupos de pacientes. Futuros estudios de intervención deberían examinar si las intervenciones dirigidas al metabolismo cerebral o la oxigenación pueden mejorar la supervivencia de esta enfermedad mortal.