MADRID, 30 Ene. (EUROPA PRESS) -
Por segunda vez en un caso humano, un equipo de investigación liderado por expertos de la Universidad de Yale, en New Haven, Connecticut, Estados Unidos, ha encontrado que una célula de melanoma y un glóbulo blanco pueden fundirse para formar un híbrido con la capacidad de metastatizar. El hallazgo, que se detalla en un artículo publicado en 'Plos One', proporciona más datos para entender cómo se propagan el melanoma y otros cánceres a partir de tumores sólidos con implicaciones para el tratamiento futuro.
El cáncer se vuelve mortal cuando las células malignas se propagan de un tumor primario a otros órganos y tejidos. Sobre la base de una teoría propuesta por primera vez hace más de un siglo, el científico investigador y autor del estudio John Pawelek colaboró con colegas en el Centro Médico Anschutz de la Universidad de Colorado, en Estados Unidos, y el Laboratorio Criminal de Denver, Estados Unidos, para examinar cómo el cáncer se propaga desde los tumores sólidos.
El equipo de investigación analizó biopsias tumorales de un paciente con melanoma maligno que había recibido un trasplante de médula ósea antes de desarrollar cáncer. Compararon el ADN del melanoma primario y de los ganglios linfáticos donde el cáncer se había diseminado y, en ambos sitios, encontraron una mezcla de ADN del paciente y del donante.
FUSIÓN DE GLÓBULOS BLANCOS Y CÉLULAS CANCEROSAS
La presencia del ADN mixto paciente-donante sugiere fuertemente que los glóbulos blancos que normalmente atacan a las células cancerosas se fusionan con ellas, formando un híbrido genético que luego se extiende, relata Pawelek, miembro del Centro de Cáncer de Yale. "La célula cancerosa y el ADN de las células blancas se mezclaron en el mismo núcleo. El híbrido tiene tanto la propensión de los glóbulos blancos a moverse hacia los ganglios linfáticos como las características de división del tumor primario", detalla.
El estudio actual confirma un hallazgo anterior, publicado por Pawelek y sus colegas en 2013, que también detectó células híbridas en un paciente con melanoma metastásico que había recibido un trasplante de médula ósea. La investigación de pacientes trasplantados permite a los científicos distinguir las fuentes de ADN.
El hallazgo apunta a esta fusión como un objetivo de nuevas terapias contra el cáncer. "Tenemos que centrarnos en cómo ocurre realmente la fusión entre los glóbulos blancos y las células cancerosas --observa Pawelek--. Hay un montón de pasos involucrados en ese proceso y esos pasos son todos vulnerables de ser objetivos".
Las terapias futuras podrían aspirar a prevenir la fusión de células derivadas de la médula ósea, por ejemplo, o limitar la integración de genes fusionados en híbridos. La investigación centrada en estas vías podría producir nuevas técnicas para apuntar al proceso de metástasis en sí, según los investigadores.