MADRID 10 May. (EUROPA PRESS) -
El descubrimiento de un nuevo marcador genético relacionado con el virus de la hepatitis C y su detección en la práctica clínica puede ofrecer "mejoras significativas" en el manejo de los afectados por esta dolencia, permitiendo la curación del 75 por ciento de los pacientes, según han asegurado diferentes expertos durante la IV Jornada de Farmacogenética, organizada en Madrid por el Instituto Roche.
En el marco de dicho encuentro, el doctor Vicente Soriano, del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Carlos III (Madrid), ha destacado como importantes infecciones virales, como la hepatitis C, se están beneficiando de los avances fármacogenéticos.
En el caso de la hepatitis C, que afecta a unas 700.000 personas en España, de las cuales el 40 por ciento desconoce estar afectados por el virus, ha destacado el descubrimiento del papel de los polimorfismos en el gen del interferón lambda (IL28B) en la historia natural y la respuesta al tratamiento.
Entre otros hallazgos, se ha visto como los pacientes con alelos protectores en la IL28B son los que alcanzan indetectabilidad del virus más rápidamente y una respuesta más sostenida en el tiempo.
Con esta información, se ha creado en España el índice 'Prometheus', que se asemeja al de 'Framingham' para calcular el riesgo cardiovascular, pero que predice la probabilidad de curación de la hepatitis C en función de 4 variables: IL28B, fibrosis hepática, carga viral C basal y genotipo del virus C.
Por otro lado, los expertos también han destacado las mejores que el conocimiento farmacogenético está posibilitando en el manejo terapéutico de los afectados por el VIH, sobre todo en un uso más racional y dirigido de fármacos antirretrovirales de elección, como abacavir, efavirez o tenofovir.
"En el VIH estamos asistiendo a una verdadera revolución con la incorporación de herramientas farmacogenéticas, relativamente baratas y sencillas, puesto que nos ayudan a manejar mejor muchos antirretrovirales, aumentando su eficacia y/o reduciendo su toxicidad", reconoce Soriano, quien no duda en que "esto permite individualizar el tratamiento, maximizando la eficacia y minimizando los efectos adversos".
TAMBIÉN EN CÁNCER
Pero donde probablemente se están aplicando con más éxito los conocimientos farmacogenéticos es el campo de la Oncología, según ha apuntado el biólogo Miquel Tarón, del Servicio de Oncología del Hospital Germans Trias i Pujol (Badalona), quien ha destacado los progresos registrados en el cáncer de pulmón, y más concretamente en el cáncer de pulmón de células no pequeñas (NSCLC, por sus siglas en inglés), que se asocia con una mediana de supervivencia de unos 12 meses y que es el tipo más frecuente de tumor pulmonar.
En estos casos, aproximadamente un 15 por ciento de los pacientes documentan mutaciones en el gen EGFR (receptor del factor de crecimiento epidérmico), con la ventaja de que al inhibir la actividad tirosina-quinasa de dicho gen con fármacos específicos se triplica el tiempo de supervivencia del enfermo, en comparación con la quimioterapia convencional.
Además, añade este experto, junto al EGFR, existen otros marcadores que deben ser analizados en pacientes, como el ALK-EML4, Her2 o k-ras entre otros, para "ver si se pueden mejorar el pronóstico de estos pacientes, y adelantar las decisiones clínicas".
En general, según explica el director general del Instituto Roche, Jaime del Barrio, esto demuestra que "los recursos farmacogenéticos forman parte ya de nuestra vida, han venido para quedarse y para revolucionar la manera en el que entendemos la prevención, el diagnóstico, el tratamiento y seguimiento de las enfermedades".