Un nuevo estudio del CIBER abre una puerta a la mejora de la vacuna contra la malaria

Archivo - Los mosquiteros tratados con insecticida son una de las herramientas más eficaces contra la malaria.
Archivo - Los mosquiteros tratados con insecticida son una de las herramientas más eficaces contra la malaria. - UNICEF/OLIVIER ASSELIN - Archivo
Publicado: martes, 1 febrero 2022 11:46


MADRID, 1 Feb. (EUROPA PRESS) -

Un nuevo estudio llevado a cabo por investigadoras del Instituto de Salud Global (ISGlobal) y el Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Infecciosas (CIBERINFEC) muestra que las células inmunes innatas pueden influir sobre la respuesta a la vacunación de la malaria, lo que abre una puerta a la mejora de la protección conferida por esta vacuna.

"Nuestros resultados van en línea con un creciente número de estudios que indican que el estado basal del sistema inmune puede influir sobre la respuesta a diferentes vacunas", señala Gemma Moncunill, primera autora del estudio.

El estudio, fruto de una colaboración internacional y coliderado por ISGlobal, centro impulsado por la Fundación La Caixa, se realizó en el marco del ensayo clínico de fase 3 para la vacuna 'RTS,S' en varios países africanos. En concreto, concluyen que que un cierto perfil de expresión génica en células del sistema inmune innato al momento de la vacunación se asocia con un mayor riesgo de contraer malaria más tarde.

Tal y como recalcan las autoras, la reciente aprobación de 'RTS,S' (o 'Mosquirix'), la primera vacuna contra la malaria para uso general en población infantil en regiones endémicas para la enfermedad, es un hito histórico.

Su uso, combinado con otras herramientas disponibles, ayudará a avanzar hacia el control y la eliminación de la malaria. Sin embargo, su eficacia en niños de 5 a 17 meses es solo de un 50 por ciento al cabo de un año de la vacunación. Por ello, las investigadoras de ISGlobal y CIBERINFEC Carlota Dobaño y Gemma Moncunill han estudiado el tipo de respuesta inmune asociada a la protección contra la malaria, y a cómo mejorar la vacuna.

En este estudio, realizado en el marco del ensayo clínico de fase 3 de la 'RTS,S', el equipo investigador analizó la expresión génica por parte de las células del sistema inmune al estado basal (es decir, al momento de recibir la primera dosis) y un mes después de la tercera y última dosis. Para ello, tomaron muestras de sangre de más de 350 niños vacunados (en Bagamoyo, en Tanzania, y Manhia, en Mozambique) y analizaron el ARN en dichas células (es decir, el transcriptoma).

Los resultados muestran que, un mes después de la tercera dosis, hay una activación de genes relacionados con una respuesta de linfocitos T y una inhibición de genes relacionados con linfocitos B y monocitos, pero solo se encontró una asociación entre el perfil de monocitos y un mayor riesgo de malaria.

También se observó una asociación entre el estado de activación de monocitos y células dendríticas (células inmunes innatas que constituyen la primera línea de defensa) al estado basal, y el riesgo de contraer malaria más tarde en niños vacunados. Estos resultados se confirmaron analizando muestras de personas adultas vacunadas con 'RTS,S', en el marco de dos otros estudios independientes.

"Dos estudios previos han demostrado una relación entre una mayor proporción de monocitos y un mayor riesgo o gravedad de la malaria", añade. Aunque los mecanismos detrás de esta asociación aún no están definidos, una de las hipótesis es que la mayor expresión de ciertos genes (como el gen STAB1) por los monocitos podría inhibir la activación de células T.

"La fortaleza de nuestro estudio es que se realizó en bebés y niños pequeños, que pueden tener respuestas inmunes distintas a las de las personas adultas. Además, se realizó en áreas endémicas para la malaria, donde la inmunidad por exposición natural al parásito podría interactuar con la inmunidad conferida por la vacuna", añade Dobaño, coautora sénior.