MADRID, 6 Oct. (EUROPA PRESS) -
Científicos han determinado que los hongos pueden jugar un papel clave en los trastornos crónicos de la inflamación intestinal, puesto que encontraron que los pacientes con enfermedad de Crohn tienden a presentar niveles mucho más altos del hongo 'Candida tropicalis' en comparación con sus familiares sanos. Una nueva revisión examina estos hallazgos y proporciona información sobre potenciales nuevos enfoques terapéuticos utilizando antifúngicos y probióticos en el tratamiento de enfermedades inflamatorias del intestino (EII), como la enfermedad de Crohn.
"El tracto gastrointestinal humano (GI) es el hogar de trillones de microorganismos, algunos beneficiosos y otros potencialmente dañinos. Avances científicos recientes nos han permitido identificar la multitud de organismos que habitan el tracto gastrointestinal y analizar los que desempeñan un papel en la EII", explica el autor principal Mahmoud A. Ghannoum, del Centro de Micología Médica, del Departamento de Dermatología, de la 'Case Western Reserve University' y del Centro Médico de los Hospitales Universitarios de Cleveland, en Cleveland, Ohio, en Estados Unidos.
"Desafortunadamente, la mayoría de las investigaciones se ha centrado en estudiar sólo las bacterias mientras se pasa por alto un jugador clave, el hongo. Con el fin de abordar este problema, hemos centrado nuestros esfuerzos en el estudio de la comunidad de hongos en el tracto gastrointenstinal conocido como microbioma", añade este investigador, cuyo trabajo se detalla en un artículo publicado en 'Digestive and Liver Disease'.
La revisión se centra en un primer estudio de este tipo en el que los investigadores caracterizaron la microbiota intestinal (bacterioma) y la comunidad de hongos (microbioma) en varias familias que tenían miembros con enfermedad de Crohn (CD, por sus siglas en inglés) y parientes sanos. Luego, definieron las interacciones microbianas que conducen al desequilibrio microbiano en los miembros de la familia que padecen enfermedad de Crohn.
DESEQUILIBRIOS EN EL MICROBIMA INTESTINAL
Los autores encontraron que los miembros de la familia con CD tenían desequilibrios fúngicos ('Candida tropicalis') y bacterianos ('Serratia marcescens' y 'Escherichia coli') en el microbioma de su intestino. Curiosamente, mostraron que estos tres organismos trabajaron juntos para formar robustos biofilms de placa digestiva capaces de exacerbar la inflamación intestinal.
Aunque la relación entre las bacterias y los hongos ha sido reconocida no sólo en nuestro intestino, sino en nuestro cuerpo en general, este trabajo demostró por primera vez que las bacterias y los hongos realmente trabajan juntos para exacerbar los síntomas inflamatorios en la CD. Estos resultados proporcionan una visión de las funciones de las bacterias y hongos en la CD y pueden conducir al desarrollo de nuevos enfoques de tratamiento y pruebas de diagnóstico para esta patología y otros problemas digestivos debilitantes.
Los potenciales prometedores tratamientos podrían incluir el uso de antifúngicos e incluso probióticos que están diseñados para equilibrar tanto las bacterias como los hongos, al tiempo que descomponen los biofilms de la placa digestiva. Los antifúngicos controlarán el crecimiento excesivo de hongos, mientras que los probióticos pueden ayudar a restaurar y mantener el equilibrio de la microbiota, señalan los autores.
"Nuestro descubrimiento de que las bacterias y los hongos juegan un papel crítico en la salud y la enfermedad tiene enormes implicaciones no sólo para entender el proceso de la enfermedad, sino también para potencialmente cambiar los tratamientos de por vida para aquellos que sufren de enfermedades digestivas crónicas", dice Ghannoum.