MADRID, 7 Jun. (EUROPA PRESS) -
Los parásitos de malaria causan cientos de millones de infecciones y matan a cientos de miles de personas cada año, la mayoría en África. En los últimos años, el parásito de la malaria más peligroso, el 'Plasmodium falciparum', se ha vuelto cada vez más resistente a los principales fármacos contra la malaria, pero un equipo internacional de investigadores muestra que algunos miembros de una clase de compuestos llamados oxaboroles, que contienen el elemento, boro, tienen una potente actividad contra los parásitos de la malaria.
"Hemos demostrado que ciertos oxaboroles, seleccionados de una gran biblioteca producida por químicos colaboradores, tenían una potente actividad tanto contra los parásitos del paludismo en cultivo como en un modelo animal de la malaria", afirma el profesor del Departamento de Medicina de la Universidad de California, San Francisco, Estados Unidos, Philip Rosenthal, autor de esta investigación, que se detalla en un artículo publicado en 'Antimicrobial Agents and Chemotherapy'.
Además, los científicos obtuvieron información sobre el mecanismo de acción de los compuestos, información que podría ser importante para refinar nuevos fármacos contra la malaria basados en oxaboroles, según Rosenthal.
Los investigadores demostraron que probablemente en el mecanismo de acción participa una enzima que se requiere para la síntesis de proteínas, una información que consiguieron mediante el crecimiento de los parásitos de la malaria en el laboratorio y al tratarlos con oxaboroles a través de generaciones. Con el tiempo y las generaciones, los parásitos se volvieron cada vez más resistentes a los oxaboroles.
Los investigadores realizaron entonces la secuenciación del genoma completo, tanto en los parásitos 'P. Falciparum' resistentes como en los originales no resistentes que había sido almacenados para esta comparación. Utilizaron las secuencias para buscar mutaciones en los parásitos resistentes que estaban ausentes de los no resistentes. "Los hemos encontrado consistentemente en este gen", afirma Rosenthal. Ese gen, para la enzima anteriormente mencionada que está implicada en la síntesis de proteínas, se llama leucilo tRNA-sintetasa (LeuRS).
YA HAY ENSAYOS HUMANOS QUE MUESTRAN SU SEGURIDAD
Por lo tanto, la interacción entre los oxaboroles y la enzima LeuRS es presumiblemente lo que inhibe la enzima, matando a 'P. Falciparum', según Rosenthal. En última instancia, los colaboradores de Rosenthal en Anacor Pharmaceuticals, Inc., en Palo Alto, California, pueden estudiar esa interacción, de modo que es posible modificar los oxaboroles para mejorar sus propiedades, añade Rosenthal.
En cuanto a la resistencia a la oxaboroles que desarrollaron en el laboratorio, Rosenthal cree que no quiere decir que se desarrollaría resistencia en condiciones clínicas. "Se puede seleccionar casi cualquier cosa en el laboratorio", dice Rosenthal. Además, en la malaria, como en el caso de otras enfermedades peligrosas, como la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y la tuberculosis, por lo general se administra más de un fármaco a los pacientes, lo que hace mucho más difícil para el patógeno desarrollar resistencia.
Aunque la investigación es un primer paso importante, los autores señalan en su documento que el desarrollo de medicamentos contra la malaria es particularmente difícil. "Además de los requisitos obvios de seguridad y eficacia, los candidatos a fármacos antipalúdicos deben cumplir criterios adicionales, como rápida respuesta clínica, necesidad de no más de tres días de tratamiento (o tratamiento de dosis única), biodisponibilidad oral, baja tendencia a crear resistencia a los medicamentos, ausencia de resistencia cruzada con los antipalúdicos existentes, seguridad en los niños y el embarazo, y bajo costo de producción", explican.
Los oxaboroles parecen prometedores en todos los aspectos. Entre otras cosas, la seguridad de miembros de la clase general se ha demostrado incluso en ensayos humanos, aunque para fines distintos de como antimaláricos. Los oxaboroles tampoco son difíciles de sintetizar, lo que los haría relativamente baratos, pero ningún fármaco es siempre una apuesta segura en esta etapa del desarrollo, y en el mejor de los casos, pasarán varios años entre el presente y la aprobación de un nuevo medicamento para la malaria.