MADRID 1 Dic. (EUROPA PRESS) -
Las nuevas técnicas de radioterapia, como la de intensidad modulada dinámica (IMRT-D), han supuesto un importante avance en el abordaje del cáncer ya que "permite administrar altas dosis de radiación al tumor, minimizando las dosis a los tejidos sanos que lo rodean", según explicó el jefe de Servicio de Radiofísica y Protección Radiológica del Hospital Universitario Madrid Sanchinarro, Pedro Fernández Letón, en el marco de unas jornadas por el Grupo Hospital de Madrid (HM).
Las patologías en las que se está utilizando esta técnica son aquellas en las que se intenta aumentar la dosis para lograr un mayor control de la enfermedad, sin aumentar las complicaciones secundarias al tratamiento. "Se está empleando en los tumores del área de ORL, así como en próstata, tumores digestivos, de recto y vejiga", concretó este experto.
Sin embargo, según destacó, al mejorar las dosimetrías clínicas y la importancia de controlar el movimiento del tumor debido a la respiración hace posible que estas técnicas puedan ser utilizadas para el tratamiento con radioterapia estereotáxica de tumores localizados en pulmón e hígado.
Dado que se trata de una de las técnicas más complejas, los tratamientos de IMRT hacen necesario utilizar planificaciones inversas en el acelerador lineal, que "permite dividir los haces de radiación en múltiples segmentos". Eso si, puntualizó el doctor Fernández Letón, "antes de que los pacientes sean tratados por primera vez en el acelerador es necesario medir la dosimetría en este aparato y compararla con los cálculos realizados previamente en el planificador".
Otro de los grandes avances registrados en esta especialidad ha sido la mejora en la precisión de los cálculos de dosis en medios heterogéneos gracias a, por ejemplo, modelos como el método de Montercarlo, que hace posible una disminución significativa de los tiempos cálculo.
En este apartado, Fernández Letón hizo hincapié en la aportación recientemente que ofrece la segmentación automática de órganos, un método que permite que, "una vez realizado un TAC, el sistema de planificación contornee de forma automática estructuras como pulmones, hígado, recto, vejiga o ganglios cervicales, disminuyendo de forma importante el tiempo que emplean los oncólogos radioterapéuticos en la planificación de estos tratamientos", explica.