Las nuevas técnicas de investigación mejoran la tasa de éxito en los implantes dentales

Imagen de una sonrisa enseñando los dientes
ERNESTO PERALES SOTO/WIKIMEDIA COMMONS
Actualizado: lunes, 21 enero 2013 18:18

MADRID, 21 Ene. (EUROPA PRESS) -

Las nuevas técnicas de investigación están mejorando la tasa de éxito en los implantes dentales, como es el caso de la Universidad Jaume I de Castellón, que ha desarrollado uno con recubrimiento de un material biodegradable dirigido a personas con déficit óseo.

En concreto, este implante ideado en España también aumentará la tasa de éxito global "a través de una biocompatibilidad mejorada" y gracias a que reduce el tiempo de osteointegración o integración ósea, indican los expertos. De ello pueden beneficiarse ancianos, fumadores, diabéticos y personas que han tenido cáncer, los cuales "a veces no son elegibles para recibir implantes dentales", ya que sus huesos son incapaces de integrar correctamente las nuevas prótesis que sustituyen a la raíz, señalan.

Hasta ahora, y mediante el método tradicional de intervención, la radícula titanio que reemplazaba a la raíz del diente "tardaba al menos dos meses para anclarse al hueso de la mandíbula", afirman. Sin embargo, con el nuevo prototipo desarrollado, este tiempo "se reducirá de modo que los pacientes pueden recibir antes la corona de cerámica que sustituye a la parte visible del diente", apuntan.

En este sentido, el coordinador del grupo de investigación de Polímeros y Materiales Avanzados de este centro universitario castellonense, el doctor Julio José Suay, explica que el proceso consiste en "cubrir el implante con un recubrimiento biodegradable que, al entrar en contacto con el hueso, se disuelve". Durante esta técnica se liberan compuestos de silicio y otras moléculas bioactivas que "inducen la generación del hueso", añade.

Este hallazgo, enmarcado dentro del proyecto 'Soldent Suay', ha sido fruto de la colaboración de la Universidad Jaume I, la Universidad del País Vasco y la compañía Ilerimplant. Además, también ha participado el Ministerio de Economía y Competitividad.

El paso a tomar ahora será una evaluación clínica "con el fin de obtener el producto sanitario comercializable dentro de dos o tres años", concluyen los expertos.