MADRID 13 Ene. (EUROPA PRESS) -
La 'lipo-sowing', una técnica de cirugía estética que consiste en injertar grasa del propio paciente en determinadas zonas de su cara para 'remodelarlas', se presenta como un "excelente" tratamiento antienvejecimiento, según el presidente de la Sociedad Española de Medicina y Cirugía Cosmética (SEMCC), Víctor J. García Giménez.
Durante años se ha pensado que la grasa del rostro era una masa confluente que, con el paso del tiempo, "colgaba" más por efecto de la gravedad. Sin embargo, estudios recientes han permitido constatar que, en realidad, el rostro está formado por compartimentos grasos individuales que ganan y pierden contenido (cantidad y calidad) en momentos diferentes y con velocidades distintas mientras envejecemos.
Según el doctor García, "en el caso de un rostro joven, la transición entre los compartimientos es muy suave" pero, a medida que las personas envejecen, "se producen cambios debidos a la degeneración involutiva y a las variaciones de volumen", explica este experto.
La técnica que proponen García y el profesor Maurizio Ceccarelli (Italia), consiste en trasplantar en cara o cuello, a través de micro-depósitos del tamaño de un grano de arroz y con anestesia local, la grasa obtenida de zonas con una mayor concentración de células madre.
"Sabemos que, con el trasplante de grasa, aportamos células madre y los denominados preadipocitos, que se van a encargar de lograr una corrección completa, eficaz y sostenida en el tiempo que va a ser responsables de una nueva vascularización, con enorme trascendencia en la revitalización tisular y en el aspecto de la piel", apunta.
Así, según la Sociedad Española de Medicina y Cirugía Cosmética, la 'lipo-sowing' constituiría un buen complemento para otros procedimientos, como la toxina botulínica, los bioimplantes, los 'peelings', la radiofrecuencia o el láser.