MADRID, 13 Jun. (EUROPA PRESS) -
Investigadores españoles y alemanes han demostrado que la dipeptidilpeptidasa-4 soluble (sDPP-4), una proteína del tejido adiposo que puede pasar a la circulación, deteriora la función arterial, pudiendo contribuir potencialmente al desarrollo de complicaciones vasculares asociadas a la 'diabesidad' - pacientes con obesidad y diabetes tipo 2-.
El estudio, que se ha publicado en 'Journal of Hypertension', señala que el efecto nocivo de la sDPP-4 puede contrarrestarse con un grupo de fármacos, los inhibidores de la DPP-4, que ya se emplean para normalizar la glucemia de los pacientes con diabetes tipo 2.
La obesidad y la diabetes mellitus tipo 2 son enfermedades metabólicas que afectan, hoy en día, a millones de personas en todo el mundo. De hecho, ambas enfermedades se hallan, con frecuencia, estrechamente unidas; por lo que recientemente se ha acuñado el término 'diabesidad' para denominar la coexistencia de diabetes tipo 2 y obesidad.
La investigación, realizada por científicos de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y del Deutsches Diabetes-Zentrum (DDZ) de Düsseldorf, han investigado el posible impacto de la proteína sDPP-4 sobre la capacidad funcional de las arterias de pequeño calibre o microvasos arteriales, cuyo correcto funcionamiento es fundamental para mantener una presión arterial adecuada.
"La sDPP-4 es una adipoquina, es decir, una proteína producida normalmente por las células del tejido adiposo, pero que se produce y secreta a la circulación de manera exagerada en el contexto de la diabesidad", señalan.
Uno de los primeros hallazgos del trabajo es que, cuando se aíslan microvasos arteriales de ratones sanos y se exponen a concentraciones crecientes de sDPP-4, se observa un deterioro progresivo de los vasos para relajarse correctamente, lo que indica un deterioro de la funcionalidad vascular que es mayor cuanto más alta es la concentración de sDPP-4. Este deterioro, denominado disfunción endotelial, está en la base de numerosas enfermedades vasculares, como hipertensión o aterosclerosis, y es un marcador temprano de daño vascular.
Además, en el trabajo se pone de manifiesto que la disfunción endotelial inducida por sDPP-4 se debe a la interacción de esta adipoquina con un receptor de la membrana de las células vasculares denominado PARP-2. "En efecto, la interacción entre sDPP-4 y PARP-2 conduce a la liberación exagerada, por parte de las células vasculares, de una sustancia denominada tromboxano A2, que favorece la contracción de los microvasos en lugar de su relajación", explican los investigadores.
PREVENIR EL DETERIORO VASCULAR
El estudio también demuestra que el efecto nocivo de los niveles elevados de sDPP-4 sobre los microvasos arteriales se puede prevenir con un grupo de fármacos que ya se emplean en el tratamiento de la diabetes mellitus tipo 2 para normalizar los niveles de glucosa en sangre y que se denominan, en conjunto, inhibidores de la DPP-4.
"Cabe por tanto pensar que este grupo de fármacos podría, no sólo regular la hiperglucemia, sino también presentar un valor añadido de protección cardiovascular en situaciones de diabesidad; si bien son aún necesarios estudios adicionales para comprobar este último punto", concluyen los expertos.