¿Por qué nos cambia el olor corporal en verano? Sudar no implica oler mal pero así lo evitarás

Archivo - Mujer sudando en verano.
Archivo - Mujer sudando en verano. - PONYWANG/ISTOCK - Archivo
Actualizado: sábado, 2 agosto 2025 13:44

   MADRID, 2 Ago. (EDIZIONES) -

   ¿Sudar significa oler mal? No exactamente. Aunque asociamos el sudor con el mal olor corporal, la Ciencia demuestra que el culpable real es la acción de las bacterias sobre ciertos compuestos del sudor, especialmente en zonas como las axilas, o las ingles. En verano, la combinación de calor, de humedad, de ropa ajustada, y de cambios hormonales intensifica este proceso.

   Además, factores como la genética, la alimentación, o incluso algunos medicamentos pueden hacer que el olor corporal se vuelva más fuerte o cambie. ¿Cuándo preocuparse? ¿Qué hábitos ayudan a mantener el olor bajo control sin agredir la piel? Lo analizamos con rigor y consejos prácticos.

   Entrevistamos en Europa Press Salud Infosalus a Carmen Arsuaga Acaso, que es jefa de Servicio de Dermatología del Hospital Universitario Sanitas La Zarzuela (Madrid), y quien nos explica que el olor corporal se genera cuando las secreciones de ciertas glándulas sudoríparas, especialmente las apocrinas, son descompuestas por bacterias presentes en la piel.

   "Estas glándulas se encuentran en áreas como las axilas y la zona genital, y producen un sudor más espeso, rico en lípidos y proteínas; lo que lo hace susceptible a la acción bacteriana que libera compuestos volátiles responsables del mal olor", remarca.

   Así, destaca que "sudar no es sinónimo de oler mal", dado que el sudor en sí es inodoro, especialmente el producido por las glándulas ecrinas, que regulan la temperatura corporal. "El mal olor sólo aparece cuando hay una interacción con bacterias que metabolizan los componentes del sudor y generan subproductos con olor característico", matiza.

EL PAPEL DE LAS BACTERIAS EN TU OLOR

   Con ello, esta dermatóloga de Sanitas indica que en verano es habitual que nos cambie el olor corporal porque en esta época del año las altas temperaturas aumentan la producción de sudor, lo que crea un entorno húmedo y cálido ideal para el crecimiento de bacterias.

   "Este incremento de actividad microbiana acelera la descomposición de compuestos en el sudor apocrino, intensificando el olor corporal. Además, el roce de la ropa y la falta de ventilación en ciertas zonas contribuyen a la proliferación bacteriana", sostiene.

   Sin embargo, la doctora Arsuaga advierte de que no es sólo el sudor el que influye: "Factores como el aumento del metabolismo basal, cambios hormonales por la exposición solar, el uso de ropa sintética, y el estrés térmico también afectan el olor corporal. Incluso ciertos hábitos alimenticios tienden a modificarse en verano, lo que puede alterar la composición química del sudor".

DONDE SE CONCENTRA EL OLOR CORPORAL

   Además, recuerda que las axilas, la zona inguinal, los pies y el cuero cabelludo son las principales áreas donde se concentra el olor corporal. "Estas regiones presentan una alta densidad de glándulas apocrinas y ecrinas, además de condiciones ideales de humedad, de calor, y de fricción, lo que favorece el crecimiento bacteriano. En verano, estas zonas se ven especialmente afectadas por el uso de ropa ajustada y por el incremento de la sudoración como hemos contado", reitera la experta.

   En cuanto a las diferencias entre hombres y mujeres reconoce que sí existen variaciones y, tal y como indica, los hombres tienden a tener más glándulas sudoríparas activas y producen un sudor con mayor contenido lipídico, lo que puede generar un olor corporal más fuerte. En el caso de las mujeres, Arsuaga sostiene que éstas pueden experimentar cambios cíclicos en el olor debido a fluctuaciones hormonales, especialmente durante la menstruación, o la ovulación.

¿QUÉ PASA SI TU OLOR CORPORAL ES MÁS FUERTE?

   Además, a esto hay que añadirle que algunas personas tienen un olor corporal natural más fuerte que otras, que justifica esta especialista en la influencia genética en muchos casos: "Variantes en el gen ABCC11 determinan si una persona produce un tipo de sudor apocrino más propenso a generar olor. Asimismo, la densidad y la actividad de las glándulas sudoríparas, así como el tipo de microbiota cutánea, están parcialmente determinadas por la genética".

   Pero no queda ahí la cosa porque la alimentación también es clave para el olor corporal, y alimentos como el ajo, la cebolla, el curry, o el alcohol pueden alterar el olor corporal al ser metabolizados y excretados a través del sudor.

   "Los medicamentos, especialmente antibióticos, antidepresivos, o suplementos con compuestos sulfurados, también pueden modificar tanto la flora cutánea como la composición del sudor, intensificando o cambiando el olor", asevera esta experta.

   Aquí advierte de que un cambio repentino, persistente o particularmente desagradable en el olor corporal puede ser un indicio de un problema de salud. Por ejemplo, señala la jefa de Servicio de Dermatología del Hospital Universitario Sanitas La Zarzuela que los olores afrutados o dulzones pueden estar asociados con cetoacidosis diabética; mientras que un olor a pescado podría estar relacionado con trastornos metabólicos, como el síndrome de trimetilaminuria.

   "También puede señalar infecciones cutáneas, desequilibrios hormonales (como hipertiroidismo), problemas hepáticos o renales, o incluso ciertos tipos de cáncer. Si el cambio de olor viene acompañado de otros síntomas como fatiga, pérdida de peso, o de alteraciones en la piel, es importante consultar a un profesional médico para una evaluación adecuada", subraya.

CONSEJOS SENCILLOS PARA CONTROLAR EL OLOR CORPORAL

   Con todo ello, pedimos a la doctora Arsuaga una serie de sencillos consejos para controlar el olor corporal en verano, y apuesta por mantener una higiene diaria adecuada con un jabón suave y pH neutro para eliminar el sudor y reducir la carga bacteriana sin agredir la piel. "Es recomendable secar bien el cuerpo, especialmente en zonas propensas a sudoración, y optar por ropa transpirable de fibras naturales como el algodón", agrega.

   Es más, plantea evitar el uso excesivo de desodorantes o de antitranspirantes fuertes que contengan alcohol o aluminio en concentraciones elevadas a la hora de prevenir irritaciones.

   También aconseja no abusar del perfume sobre la piel directamente; y en su lugar, puede aplicarse sobre la ropa, o en puntos estratégicos como muñecas. "Usar productos naturales como bicarbonato, piedra de alumbre, o aceites esenciales también puede ser una alternativa eficaz y menos agresiva", sentencia la doctora Arsuaga.

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