Encargar a las mayores las tareas de las más jóvenes estimula la memoria y la capacidad de aprendizaje en las abejas, cuyo cerebro es muy similar al humano
MADRID, 22 Mar. (EUROPA PRESS) -
La investigadora noruega Gro Amdam ha logrado revertir el proceso de envejecimiento del cerebro de las abejas, lo que lleva a estos animales a perder su capacidad de aprendizaje y de recuerdo. El avance es esperanzador para las personas que sufren demencia, pues el cerebro de estos animales es similar al humano.
"Nadie cree que exista realmente la fuente de la juventud. Aceptamos que, con la edad, nuestra salud y la agudeza mental disminuirá. Sin embargo, descubrimientos recientes indican que el envejecimiento no tiene por qué ser sinónimo de decadencia", señala la profesora Amdam.
Según esta experta, el funcionamiento de las células cerebrales de las abejas es sorprendentemente similar a las de los humanos. Por ello, conocer los secretos del funcionamiento del cerebro de estos animales ayuda a conocer el cerebro humano.
Esta investigadora ha estudiado el comportamiento de las abejas más mayores en diversos test de aprendizaje y memoria. Estos animales se sometieron a un test de aprendizaje en el laboratorio, en el que tenían que combinar una impresión (una esencia) con un recuerdo y conseguir recordar esta relación más tarde.
Los resultados indicaron que las abejas que aprenden correctamente entienden la relación de forma inmediata, igual que un niño aprende a comportarse bien cuando un adulto le promete una recompensa. Las abejas más mayores realizan esta misma conexión, pero de forma más lenta que las jóvenes. Sin embargo, aquellas con síntomas similares a los de la demencia o no entienden la relación o la olvidan.
EL ENVEJECIMIENTO, SIMILAR EN ABEJAS Y HUMANOS
"Estos problemas detectados en las abejas son similares a los que vemos en las personas mayores: la memoria a corto plazo y la reducción de la capacidad de aprendizaje", destaca la experta.
Sin embargo, cambiando el orden social de la comunidad de abejas, los investigadores descubrieron algo: en la división de tareas, a las más mayores se les asigna el trabajo de recoger comida fuera de la colmena, mientras que las jóvenes deben cuidar de las larvas. Cuando las abejas mayores realizan las tareas de las jóvenes, la mitad mejora sus capacidades de aprendizaje y su memoria.
"Diversas investigaciones realizadas en personas mayores demuestran que la estimulación social puede tener efectos positivos en su salud y en el funcionamiento de su cerebro", explica Amdam, para quien las abejas "parecen reflejar algo de esto también".
EL PAPEL DE LAS PROTEÍNAS
A su juicio, las proteínas del cerebro podrían jugar un papel en esta situación. Cuando los investigadores analizaron los cerebros de las abejas que mejoraron y los de aquellas que no, encontraron grandes diferencias en los niveles de ocho proteínas implicadas en el crecimiento, reparación y mantenimiento de las células cerebrales. Varias de estas proteínas se encuentran también en los seres humanos.
En las abejas que mejoraron su capacidad de aprendizaje, los niveles de dos de estas proteínas eran el doble de altos que en el otro grupo de abejas Los cerebros de las abejas con niveles altos de estas proteínas simplemente parecían mejores reparando el daño y asegurándose de que el proceso funciona como debería.
"Esto evidencia la existencia de una cierta flexibilidad en el cerebro de las abejas y es posible que el cerebro de otros animales y de los humanos pueda tener un potencial similar. Si es así, la cuestión es si podremos ser capaces de averiguar cómo acceder a esta flexibilidad. Otra aproximación podría ser intentar averiguar cómo trabajan las proteínas más importantes y después crear sustancias que disparen efectos similares", concluye.