MADRID, 13 Abr. (EUROPA PRESS) -
Las causas de la disfonía "más frecuentes son lesiones benignas de las cuerdas vocales", pero entre los adultos se sitúan "los nódulos vocales, 24 por ciento, los pólipos, 11 por ciento, el edema de Reinke, las lesiones vasculares, los quistes subepiteliales, 14 por ciento, las cicatrices y el sulcus vocalis", ha explicado la doctora Ana Machado, otorrinolaringóloga de la Unidad de Voz del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid.
Igual que los deportistas de élite necesitan entrenamientos específicos, "hay ciertos profesionales que requieren entrenar la voz, como los profesores, locutores, comerciales, abogados, actores, personal de venta telefónica y de atención al público y todos aquellos que, por su ocupación, se ven obligados a someter la voz a un esfuerzo", ha detalla Judith Wuhl, foniatra del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid.
De hecho, la especialista aconseja a todas estas personas que acudan a la consulta de un profesional que les pueda enseñar los cuidados básicos de la voz, como son calentar, estirar e hidratar localmente las vías respiratorias y la laringe para sacar el mayor provecho a la voz con el mínimo esfuerzo.
Por ello, la rehabilitación tiene "como principales objetivos encontrar una postura correcta para la fonación, una respiración coordinada con la misma, facilita la relajación tanto global como segmentaria, entrenar el órgano vocal, y mejorar el estilo de vida y los hábitos de voz"; a su vez, está indicada en casi todos los casos de disfonía, independientemente de su origen, incluso en aquellas en las que sea precisa la intervención quirúrgica antes y después de la misma, ha explicado Wulh.
Las disfonías funcionales, "en las que no existe lesión en las cuerdas, habitualmente pueden ser resueltas mediante rehabilitación logopédica. En casos de lesiones orgánicas (pólipos, quistes etc) es necesaria la intervención quirúrgica, aunque en la mayoría de los casos, la rehabilitación logopédica se debe realizar antes y/o después de la cirugía para cambiar conductas nocivas y así evitar la recidiva de las mismas", ha concluido.
¿QUÉ PRÁCTICAS RECOMIENDA PARA TENER UNA ADECUADA HIGIENE VOCAL?
Desde Quirónsalud han señalado una serie de consejos para tener una adecuada higiene vocal, entre los que destaca no tomar bebidas excesivamente frías ni calientes.
Asimismo, también han recomendado acostumbrarse en la época de frío a la bebida natural, habituándose de continuo a ella. Los alimentos demasiado fríos tampoco son recomendables; actuar igualmente con los calientes hasta tomarlos templados.
Mantener la cabeza y los pies secos, pues los enfriamientos son provocados, en muchos casos por dichas causas, y tener cuidado con los picantes, al ser irritantes, las cuerdas vocales pierden movilidad ya que no se mueven correctamente bajo una mucosa.
Evitar las comidas copiosas, sobre todo previo a hacer uso de la voz profesionalmente; tomar alimentos con vitaminas A-B-E-D y C; no chupar caramelos de menta si hay irritación de garganta, sino cítricos, malvavisco o regaliz; mantener un ritmo regular de sueño, durmiendo suficientes horas y, de ser posible, profundamente, y evitar prendas que opriman la faja abdominal.
En cuanto a recomendaciones en torno a la voz, señalan no forzar la voz pasándola por encima del ruido ambiental; no utilizar la voz si se padece de laringitis; esperar a que esta vuelva por sí sola; no forzar la voz si se padece de faringitis, procurar hablar poco y suave, incluso puede ocurrir que sea necesario callarse 24 horas, ya que está demostrado que lo más efectivo para curar una faringitis o laringitis es el silencio, los medicamentos pueden tan sólo aliviarlas.
Así como, beber abundante agua durante el día; evitar el uso de la voz en estados de agotamiento; considerar una posible extirpación de vegetaciones adenoideas en aquellos casos que estén alterando la respiración y resonadores rinofaríngeos; no emitir sonidos en posición de cúbito-supino ya que en tal posición, aumenta la paresia de las cuerdas vocales; no carraspear, pues irrita la mucosa faríngea; reducir el tiempo de fonación en medios de locomoción; no utilizar la voz en situaciones de esfuerzo físico, regular el uso del teléfono, ya que induce al esfuerzo vocal, intentar hacer mutismo, (sería deseable la mitad de tiempo hablado) y si no los minutos que se puedan.