No todos responden igual a 'Ozempic': la clave está en cómo y por qué se come

Archivo - Semaglutida, Ozempic
Archivo - Semaglutida, Ozempic - MUNRO/ ISTOCK - Archivo
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Publicado: jueves, 18 septiembre 2025 8:17

    MADRID, 18 Sep. (EUROPA PRESS) -

'Ozempic', el medicamento estrella contra la diabetes tipo 2 y la obesidad, se ha convertido en un superventas en los últimos meses gracias a su capacidad para ayudar a perder peso y controlar la glucosa en sangre. Sin embargo, un estudio reciente de la Universidad de Kioto revela que no todas las personas obtienen los mismos beneficios:

¿QUIÉN TIENE MÁS PROBABILIDADES DE ÉXITO?

    Un estudio de la Universidad de Kioto (Japón) señala que no todas las personas que toman Ozempic tienen las mismas probabilidades de éxito. En concreto, concluye que las personas que comen en exceso al ver u oler comida sabrosa tenían más probabilidades de responder bien a los fármacos a largo plazo, mientras que quienes comen en exceso por motivos emocionales tenían menos probabilidades de hacerlo. Los resultados se recogen en 'Frontiers in Clinical Diabetes and Healthcare'.

   Los agonistas del receptor GLP-1, como Ozempic, pueden ser un salvavidas para las personas con diabetes, ya que ayudan a estabilizar la glucosa en sangre y a perder peso, lo cual contribuye a las complicaciones de la diabetes. Sin embargo, este estudio asegura que no todos se benefician por igual. En concreto, el grupo de científicos monitoreó a 92 personas con diabetes en Japón durante su primer año de tratamiento con fármacos GLP-1. Así se descubrió que las razones por las que las personas comen en exceso pueden afectar el éxito de estas terapias.

    "La evaluación de los patrones de conducta alimentaria antes del tratamiento puede ayudar a predecir quién se beneficiará más de la terapia con agonistas del receptor GLP-1", declara el profesor Daisuke Yabe, de la Universidad de Kioto, autor principal del artículo. "Los agonistas del receptor GLP-1 son eficaces en personas que experimentan aumento de peso o niveles elevados de glucosa en sangre debido a la sobrealimentación provocada por estímulos externos. Sin embargo, su eficacia es menor en casos donde la alimentación emocional es la causa principal".

   Los agonistas del receptor GLP-1 ayudan a reducir la glucemia mediante diversos mecanismos, como el aumento de la secreción de insulina, y provocan pérdida de peso al modificar el apetito. Sin embargo, no todas las personas pierden peso al tomarlos. Para investigar este problema, los investigadores se centraron en la relación de las personas con la comida y en su posible impacto en su tratamiento.

   Inscribieron a 92 personas con diabetes tipo 2 que iniciaban tratamiento con agonistas del receptor GLP-1 en la prefectura de Gifu, Japón, y monitorearon su progreso durante el primer año de tratamiento. En tres momentos diferentes -al inicio del tratamiento, tres meses después y 12 meses después- recopilaron datos sobre el peso y la composición corporal, la dieta y diversos marcadores sanguíneos relevantes, como los niveles de glucosa y colesterol en sangre, de los participantes. También les preguntaron sobre su relación con la comida.

TRES TIPOS DE COMPORTAMIENTOS ALIMENTARIOS

    Los científicos se interesaron especialmente en tres tipos de comportamientos alimentarios asociados con el aumento de peso: la alimentación emocional, en la que las personas comen en respuesta a emociones negativas en lugar de por hambre; la alimentación externa, en la que se come porque la comida se ve bien en lugar de por hambre; y la alimentación restringida, en la que las personas controlan su dieta para bajar de peso. Con moderación, la alimentación restringida puede ayudar a perder peso, pero en exceso, puede provocar trastornos alimentarios.

   En general, los participantes experimentaron una reducción estadísticamente significativa del peso corporal, los niveles de colesterol y el porcentaje de grasa corporal a lo largo del año, mientras que la masa muscular esquelética se mantuvo estable. Los niveles de glucosa en sangre también mejoraron, pero estas mejoras no fueron estadísticamente significativas.

    Sin embargo, se observaron algunas diferencias en los resultados según las conductas alimentarias. A los tres meses, los participantes reportaron más conductas asociadas con la alimentación restringida y menos conductas asociadas con la alimentación externa o emocional. Sin embargo, a los 12 meses, las conductas alimentarias restringidas y emocionales volvieron a sus niveles iniciales.

    "Una posible explicación es que la alimentación emocional se ve más fuertemente influenciada por factores psicológicos que podrían no ser abordados directamente por la terapia con agonistas del receptor GLP-1", detalla el doctor Takehiro Kato, de la Universidad de Gifu, también en Japón, segundo autor del artículo. "Las personas con una marcada tendencia a la alimentación emocional podrían requerir apoyo conductual o psicológico adicional".

   Los científicos tampoco encontraron vínculos entre las puntuaciones de alimentación emocional o restringida al inicio del tratamiento y los beneficios que los participantes percibieron con los fármacos al final del año. En cambio, la disminución de la ingesta externa se mantuvo durante todo el año, y quienes informaron niveles altos de ingesta externa al inicio obtuvieron los mejores resultados en cuanto a pérdida de peso y niveles de glucosa en sangre.

    Si bien este estudio tiene la ventaja de seguir a personas con diabetes en condiciones reales, al ser un estudio observacional con medidas autoinformadas, no permite determinar la causalidad. Los investigadores también señalaron que este grupo de personas podría haber estado especialmente motivado para intentar mejorar el control de la diabetes, lo que podría haber resultado en una mayor pérdida de peso.

    "Si bien nuestro estudio sugiere una posible asociación entre la conducta alimentaria externa y la respuesta al tratamiento con agonistas del receptor de GLP-1, estos hallazgos son preliminares", recalca Yabe. "Se necesitan más pruebas antes de implementarlos en la práctica clínica. Si futuros ensayos controlados a gran escala o aleatorizados validan esta relación, la incorporación de evaluaciones conductuales sencillas podría ser un componente valioso para optimizar las estrategias de tratamiento".

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