MADRID, 17 Ene. (EUROPA PRESS) -
Científicos del Instituto de Bioingeniería de Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL), en Suiza, han logrado avances significativos en el descubrimiento de los mecanismos por los cuales la genética influye en la capacidad de un organismo para generar una reacción inmune a un patógeno intestinal invasor, según publican en dos artículos de la revista 'Genome Biology'.
La capacidad del sistema inmunitario para combatir los agentes bacterianos, virales y otros agentes invasores en el intestino difiere entre los individuos. Sin embargo, el mecanismo biológico por el cual esto sucede no se comprende bien, pero al menos parte de esta diferencia puede explicarse por factores genéticos.
Debido a razones éticas obvias, este fenómeno es difícil de estudiar en humanos. Entonces, los investigadores Michael Frochaux y Maroun Bou Sleiman, del grupo de investigación de Bart Deplancke del EPFL, recurrieron a la mosca de la fruta 'Drosophila melanogaster', ya que comparte muchas de las vías biológicas involucradas en la lucha contra las infecciones intestinales en humanos.
Los científicos estudiaron un gran panel de líneas de moscas de la fruta genéticamente distintas, que varían enormemente en su capacidad para resistir la infección intestinal por el patógeno grave 'Pseudomonas entomophila'.
Para comprender mejor el origen molecular de esta variación, los investigadores aislaron las intestinos infectados de cada línea de mosca y las exploraron utilizando una amplia gama de enfoques ómnicos.
En el primer artículo, los investigadores muestran que la infección intestinal cambia el empalme de ARN, que afecta la producción de ARN mensajero (ARNm), una molécula crucial en el camino del gen a la proteína. Específicamente, la infección parece alargar un extremo de varios ARNm.
"Es como si el organismo tuviera la intención de agregar más información en estos ARNm que luego podría explotarse para ajustar aún más la respuesta inmunitaria intestinal general", explica Deplancke.
El cambio en la longitud del ARNm parece estar mediado por una proteína llamada Lark, que se une al ARN para formar un complejo involucrado en la expresión génica. Cuando se pierde esta capacidad complejante, las moscas de la fruta fueron menos capaces de recuperarse de una infección intestinal severa, lo que demuestra claramente la importancia de este proceso en la inmunidad intestinal.
El segundo artículo informa el descubrimiento de una serie de variantes genéticas que alteran los niveles de expresión génica en el intestino después de la infección.
Una variante particular podría estar directamente relacionada con la variación en la resistencia a la infección porque modula el nivel de expresión de un gen llamado 'Nutcracker' (Cascanueces). Las líneas de mosca más resistentes mostraron una mayor expresión de este gen en comparación con las menos resistentes.
"Este estudio proporciona un ejemplo intrigante de cómo la variación en la parte no codificante del genoma podría afectar críticamente rasgos complejos como la altura o la susceptibilidad a enfermedades --señala Deplancke--. En este caso, esto incluye la inmunocompetencia intestinal, por lo que debemos considerar todo el genoma y no solo sus genes".