No hay evidencia de que la testosterona sea causa del autismo

Autismo, niño mirando por la ventana.
Autismo, niño mirando por la ventana. - FLICKR/CRISTINA - Archivo
Publicado: miércoles, 4 septiembre 2019 7:53

   MADRID, 4 Sep. (EUROPA PRESS) -

   Hace tiempo que se sabe que el autismo es mucho más frecuente en hombres que en mujeres, pero no se entiende por qué. Se le ha achacado a la testosterona pero un nuevo estudio de la Universidad de Pensilvania (Estados Unidos), el más grande en su tipo, ha revelado que no hay evidencia de que la testosterona reduzca la empatía cognitiva.

   "Por supuesto, el principal sospechoso cuando tenemos algo que está fuertemente diferenciado por el sexo es la testosterona", admite Gideon Nave, profesor asistente de marketing en la Penn's Wharton School.

   Sin embargo, la investigación que ha dirigido obliga a los científicos a seguir buscando. En dos estudios controlados aleatorios de la administración de testosterona, que fueron los más grandes de su tipo con casi 650 hombres, Nave y sus colegas no encontraron evidencia de un vínculo con la empatía cognitiva, la capacidad de leer las emociones de los demás, un rasgo que se caracteriza por su deterioro personas con autismo, según publican en la revista 'Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences'.

   "Varios estudios anteriores han sugerido una conexión entre la testosterona y la reducción de la empatía cognitiva, pero las muestras eran muy pequeñas y es muy difícil determinar un vínculo directo --señala Amos Nadler, de Western University, autor principal del estudio--. Nuestros resultados muestran inequívocamente que no existe una relación causal lineal entre la exposición a la testosterona y la empatía cognitiva".

   Antes de este trabajo, la evidencia más fuerte de un vínculo entre la exposición a la testosterona y la reducción de la empatía cognitiva se produjo en 2011 en un estudio que encontró que administrar testosterona a mujeres sanas redujo su rendimiento en una prueba de lectura de emociones. Los resultados sugerían así que la testosterona perjudicaba su rendimiento.

   Además, el trabajo señala la relación entre la longitud del segundo dedo del participante y su cuarto dedo, conocida como la relación 2D: 4D, como un indicador de la sensibilidad a la testosterona. Algunos creen que la relación disminuye con una mayor exposición en el útero a la testosterona, aunque la evidencia de esa conexión es mixta.

   Los autores del estudio sostuvieron que sus hallazgos respaldan la idea de que la exposición prenatal a la testosterona creó un cerebro más masculinizado que infería menos fácilmente el estado emocional de los demás.

   El estudio se utilizó como apoyo para la hipótesis del 'cerebro masculino extremo' del autismo, que sostiene que el autismo es una exageración de las tendencias "masculinas" hacia un estilo cognitivo caracterizado por sistematizar por encima de empatizar.

   La investigación anterior, sin embargo, se basó en un tamaño de muestra de solo 16 sujetos. Y la mayoría de las otras investigaciones que analizaron la idea de que la testosterona está relacionada con una reducción de la empatía cognitiva se basaron en evidencia correlativa en lugar de causal y también arrojaron resultados no concluyentes.

   Para obtener datos más rigurosos sobre la conexión, Nave, Nadler y sus colegas realizaron dos estudios controlados aleatorios en los que 643 hombres sanos recibieron una aplicación de gel de testosterona o un placebo y completaron cuestionarios y tareas de comportamiento que midieron la empatía cognitiva.

   A continuación, a los participantes se les mostró una foto de los ojos de un actor y se les pidió que seleccionaran el estado emocional que mejor describía su expresión. Todos los participantes también midieron su relación 2D: 4D.

   Si bien el gel de testosterona aumentó los niveles de la hormona en los participantes, los investigadores no encontraron evidencia de que la administración de testosterona afectara el rendimiento en las pruebas de empatía cognitiva. Tampoco encontraron relación entre el rendimiento de los participantes en las pruebas y su relación 2D: 4D.

   "Los resultados son claros --dice Nave--. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la ausencia de evidencia no es evidencia de ausencia. Encontramos que no hay evidencia que respalde este efecto de la testosterona, pero eso no descarta ningún posible efecto. De lo que sabemos, sin embargo, parece que si la testosterona influye, el efecto es complejo, no lineal. La realidad no suele ser tan simple".

   Nadler señala que si bien el estudio de 2011 incluyó mujeres y el actual incluyó hombres, uno esperaría encontrar diferencias si el efecto de la testosterona fuera real, especialmente porque los hombres estuvieron expuestos a más testosterona prenatalmente, lo que presumiblemente amplificaría los efectos de la administración.

   Y el nuevo estudio incluye más participantes que el anterior en casi dos órdenes de magnitud, lo que aumenta la confianza de los investigadores en los resultados.

   La teoría del cerebro masculino sobre el autismo ha recibido mucha atención, pero, señala Nave, "si se mira la literatura con cuidado, todavía no hay un apoyo realmente fuerte para ella. Por ahora, creo que tenemos que aceptar nuestra ignorancia en esto", concluye.