MADRID, 5 Dic. (EDIZIONES) -
¿Crees que te lavas lo suficiente los dientes? Pero lo más importante, ¿y que lo haces bien? En este artículo charlamos con Eliana Ottaviano, higienista dental, conferenciante y miembro de la Sociedad Española de Prótesis Estomatológica (SEPES), quien nos da las claves sobre cómo lavarnos los dientes, pero lo más importante, sobre cómo hacerlo bien.
Lo primero que tenemos que tener súper claro, a juicio de esta experta, es que, como mínimo, debemos lavarnos los dientes dos veces al día, y como máximo cada vez que terminemos de comer; siendo lo ideal tres veces al día, y el cepillado más importante el de antes de irnos a la cama.
¿Cómo debe ser ese cepillado? Ottaviano señala que el tiempo estimado para un cepillado debe rondar los dos o tres minutos, "menos de dos minutos no tiene efectividad para arrastrar la placa", y recuerda que, por ejemplo, puede ser aconsejable el ponerse una canción de esa duración y así saber el tiempo que debemos permanecer lavándonos los dientes.
Ella prefiere el cepillado eléctrico que el manual, y aconseja que este sea con filamentos suaves o medios, "nunca filamentos duros porque nadie controla bien la fuerza que ejerce al lavarse los dientes y puede ser contraproducente, por ejemplo, para la encía", advierte la miembro de SEPES.
LO IDÓNEO: EL CEPILLO ELÉCTRICO
Apunta, asimismo, que lo idóneo es emplear un cepillo eléctrico y con cabezal redondo rotatorio porque no solo es el tiempo sino también el cómo lo hacemos, y con este utensilio se facilita el llegar bien a todas las partes de la boca. De hecho, insiste en varias ocasiones en la importancia de que ese cepillo cuente con un cabezal pequeño, capaz de alcanzar todos los recovecos de la boca, y hacerlo de forma suave.
A veces se pierde la dirección de cómo se tiene que cepillar, según avisa Ottaviano, y dice que lo mejor es empezar por fuera de la arcada y continuar por la zona; para luego lavar por dentro los dientes. "Se debe utilizar una dirección, una línea, porque si no a veces podemos olvidarnos de una parte si empezamos por la zona central por delante y luego pasamos a los laterales por dentro, por ejemplo", mantiene.
Por otro lado, ve importante limpiarse los dientes si hemos comido algo ácido, o hemos tomado una bebida tipo coca cola, o bien zumo de naranja, y esperar 25 minutos a lavarse los dientes. "La acidez sube el ph y podemos desmineralizar el esmalte", sostiene.
ERRORES QUE COMETEMOS CON LA PASTA
Otro punto importante que destaca igualmente esta higienista es que no hay que humedecer el cepillo antes del cepillado porque "cuando lo ponemos debajo del agua los filamentos se abren y se queda todavía más blando el cepillo".
Dice que si la pasta tiene flúor, mejor, aunque reconoce que hay pastas que están dirigidas para aliviar determinados problemas bucodentales, como la sensibilidad, que están muy bien también. "En la pasta de dientes es importantísimo el flúor. Cambia la cantidad de flúor en cada pasta y esto se ve en las partes por millón de flúor o 'ppm'. De 0 a 6 años son recomendables las de mil ppm; de 6 a 12 años las de 1.400 ppm; mientras para los adultos las de 1.450. Incluso si se tiene más predisposición a caries hay pastas con aún más fluor", remarca.
Llama la atención al mismo tiempo sobre la cantidad de pasta que solemos emplear, "habitualmente inadecuada", e incide en que esto no quiere decir que cuanto más mejor, sino que la cantidad idónea debe ser similar al tamaño de un guisante. Aquí precisa, además, que algunos cepillos eléctricos o manuales en el centro tienen un punto donde indica la cantidad de pasta a poner.
NO SOLO CON EL CEPILLADO HEMOS ACABADO
Otro error muy frecuente, según Eliana Ottaviano, es que pensamos que solo con el cepillado hemos acabado nuestra rutina de higiene: "La evidencia científica dice que el cepillado quita la placa o biofilm, hace el 60%; pero el otro 40% de la higiene bucal se consigue a través de herramientas interdentales, del hilo dental. Es como si no nos ducháramos las axilas en la ducha si no hacemos esto", advierte.
Por eso, ve importante incorporar estas herramientas en nuestra rutina diaria de higiene dental, pero además hacerlo antes del cepillado, y para quitar los restos de comida. Aconsejable emplearlas asimismo dos veces al día, aunque reconoce que no siempre tenemos tiempo para hacerlo. Así que, si hay que elegir cuándo, se decanta por hacerlo una vez por la noche, y antes de ir a dormir, en ese cepillado tan importante.
Asimismo, indica que no solo cepillando los dientes hemos terminado: "La lengua y el paladar también deben cepillarse. La lengua debe limpiarse porque representa la entrada en el cuerpo de muchos gérmenes y en la boca se acumulan bacterias. Por esto tenemos halitosis, a veces también inflamaciones de garganta. Una vez al día por la noche siempre hay que cepillarla, y el paladar. Y utilizar también herramientas de plástico específico para la lengua (raspadores linguales), y no los cepillos de dientes para limpiar la lengua".
A TENER EN CUENTA SOBRE EL CEPILLO
Un punto muy importante dentro de la higiene bucal, según resalta esta experta, es el cambio cada dos meses de los cepillos. "¿Cómo nos damos cuenta? Por que los filamentos se abren y en algunos cabezales de cepillo eléctrico cambian de color los filamentos", agrega.
No obstante, a la hora de escoger el cepillo de dientes adecuado, esta higienista siempre recomienda hacerlo a partir del consejo de un higienista o profesional sanitario del campo, porque argumenta que cada persona tiene la boca diferente.
"Es idóneo usar cabezales pequeños y después cada uno debe elegir si quiere cepillo manual o eléctrico. Depende de la boca del paciente, de cómo se siente, con su uso; pero el cabezal pequeño para todos", reitera.
SÍ O NO AL USO DE COLUTORIOS
Por otro lado, ve con buenos ojos el empleo de colutorios a diario, si bien siempre que estos no cuenten con alcohol, o con componentes como la clorhexidina, que sí debe ser prescrita por un profesional sanitario.
De emplearlos, una vez y por la noche, antes de irnos a la cama, según sugiere Ottaviano, y pueden servirnos siempre como un complemento en esa rutina de higiene bucal, "pero nunca como una alternativa al cepillado de dientes y a la limpieza interdental", según alerta.
Ahora dice que en el mercado hay unos que contienen 'CPC' (cloruro de cetilpiridinio), que hacen descender la carga viral de la boca; al tiempo que hay otros que no necesitan la prescripción de un profesional sanitario y que simplemente pueden ayudar frente a la sensibilidad de los dientes o para sentir la boca más fresca.
EL PELIGRO EN EL LARGO PLAZO DE NO LAVARNOS BIEN LOS DIENTES
En última instancia, la miembro de la Sociedad Española de Prótesis Estomatológica alerta de que en el largo plazo si no lavamos nuestros dientes, o no lo hacemos correctamente, corremos el peligro de desarrollar gingivitis (inflamación del tejido, de la encía), y de forma más prolongada en periodontitis, una patología de la encía y del hueso, que es crónica, y que, a diferencia de la anterior, es irreversible porque podemos perder hueso.
Avisa de que también si no nos lavamos correctamente los dientes puede afectar a enfermedades sistémicas, como a la diabetes, a la demencia, o a problemas de origen cardiovascular. "Es muy importante no tener infecciones en la boca por la sangre", recalca.
CON LOS NIÑOS, CUÁNDO EMPEZAR
Otro apunte a tener en cuenta sobre el cepillado de los dientes es cuándo empezar a lavárselos a los más pequeños de la casa, y esta experta higiniesta subraya que debe hacerse desde la erupción del primer diente.
Avisa sobre los dedales de silicona, ahora muy de moda, pero que dice que estos solo masajean la encía y no la limpian. "Por eso hay cepillos específicos para niños con filamentos de nylon, y se puede usar en estos la pasta, de 1.000 ppm y con cantidad inferior a un guisante. No pasa nada si se la tragan porque les ponemos muy pocas cantidades", afirma.