MADRID 20 Ago. (EUROPA PRESS) -
La no conexión entre los vasos arteriales, venosos o nerviosos de ambas pieles y una reacción del sistema inmunológico del receptor son los dos principales factores que podrían provocar una crisis de rechazo en el paciente que recibió esta semana un trasplante de cara, según explicó hoy el doctor Rafael Martín-Granizo, nuevo presidente de la Sociedad Española de Cirugía Oral y Maxilofacial (SECOM).
Para evitar la no conexión entre ambas pieles, es esencial realizar una buena intervención quirúrgica. Si aparecen reacciones inmunológicas, el receptor deberá recibir tratamiento de por vida, según este maxilofacial del Hospital Clínico San Carlos de Madrid.
Para el experto, los trasplantes de cara son "una técnica necesaria que sólo se ha llevado a cabo en Estados Unidos, Francia y China", ya que en otros países, como Reino Unido o Suiza, "los Comités Éticos y los organismos que gobiernan no les han dado luz verde".
La intervención, en la que deben participar de 20 a 30 médicos de múltiples especialidades como los médicos maxilofaciales, cirujanos plásticos e intensivas, entre otros, presenta dos dificultades: que el donante tiene que estar vivo, es decir, con el corazón bombeando, aunque lógicamente, tiene que estar muerto cerebralmente.
"El receptor no se parece al donante, porque el trasplante facial es como una máscara", puntualizó el doctor Martín-Granizo, quien recordó que el trasplante de cara es "cómo una máscara", ya que sólo se injertan la piel y la dermis (la grasa) y así el paciente puede reconocerse cuando se mira al espejo.