MADRID, 14 May. (EUROPA PRESS) -
Un nuevo estudio sobre esclerosis múltiple parece indicar que el azúcar simple N-acetilglucosamina, o GlcNAc para abreviar, podría desempeñar un papel importante en el desarrollo de la esclerosis múltiple (EM) progresiva, según investigadores del Centro de Investigación Clínica y Experimental (ECRC), una institución conjunta de Charit -Universittsmedizin en Berlín y el Centro Max Delbrück de Medicina Molecular de la Asociación Helmholtz (MDC).
Dentro de un organismo, GlcNAc y otras moléculas de azúcar se adhieren a proteínas en la superficie celular en forma de cadenas. Este mecanismo, que se conoce como glicosilación, controla varias funciones celulares mediante la formación de estructuras ramificadas a partir de estas cadenas de azúcar.
Los enfoques terapéuticos actuales se basan en la suposición de que el sistema inmunológico está cometiendo un error y está llevando a cabo un ataque inadecuado a la capa de mielina que rodea y aísla las ramas largas en forma de cables de las células nerviosas llamadas axones. "En la EM progresiva, los procesos neurodegenerativos se multiplican constantemente y hacen que mueran más y más neuronas en el cerebro y la médula espinal", explica el doctor Alexander Brandt, autor principal del estudio que ahora se ha publicado en la revista 'JAMA Neurology'.
"Sin embargo, todavía no sabemos qué causa exactamente esta variante de la enfermedad", explica. La esclerosis múltiple se manifiesta de manera ligeramente diferente en cada persona, por lo que algunos la llaman "la enfermedad de las mil caras". Podría decirse que la peor manifestación de la EM es su forma crónica progresiva. A diferencia de la variante remitente-recurrente (EMRR) más común, en la que los pacientes a menudo no presentan síntomas durante meses o incluso años, los pacientes con la forma progresiva primaria de la enfermedad (EMPP) ven que su condición se deteriora constantemente sin remisiones.
LA MOLÉCULA DE AZÚCAR PODRÍA SERVIR COMO BIOMARCADOR.
"Estudiamos a 120 sujetos de Irvine y pudimos demostrar que, en esta forma particularmente grave de la enfermedad, hay concentraciones significativamente más bajas de N-acetilglucosamina en el suero sanguíneo que en personas sanas o pacientes con EM remitente-recurrente", informa Brandt.
En el momento de este estudio, el médico era jefe del laboratorio de neuroimagen traslacional en el grupo de neuroinmunología clínica de Paul en Charité. Desde entonces, Brandt se mudó a la Facultad de Medicina de la Universidad de California en Irvine (UCI) como profesor asociado de neurología, pero sigue siendo investigador invitado en Charité.
"En otro estudio de 180 pacientes de Berlín con EM remitente recurrente o progresiva, también encontramos que los niveles séricos bajos de GlcNAc están asociados con el desarrollo de la forma progresiva de la enfermedad, discapacidad clínica y neurodegeneración. Esto abre posibles nuevas vías para identificar, en una etapa temprana, qué pacientes tienen un mayor riesgo de EM progresiva y ajustar su tratamiento en consecuencia", agrega el autor correspondiente del estudio, profesor Michael Demetriou de UC Irvine.
En otoño de 2020, Brandt, Demetriou y otros investigadores que trabajaban con el entonces autor principal, el doctor Michael Sy de UC Irvine, publicaron un estudio en el Journal of Biological Chemistry. Habían administrado GlcNAc a ratones lactantes y encontraron que los animales transmitían este azúcar simple, que por cierto también está contenido en la leche materna humana, a sus crías. Esto estimuló la mielinización primaria de los axones neuronales en los animales jóvenes. "También observamos en los experimentos con ratones que la N-acetilglucosamina activa las células progenitoras de mielina, promoviendo así tanto la mielinización primaria como la reparación de la mielina dañada", señala Brandt.
Por lo tanto, los investigadores esperan que GlcNAc no solo tenga potencial como un biomarcador adecuado para la EM progresiva, sino que también podría allanar el camino para nuevas estrategias terapéuticas. "Nuestra esperanza es que podamos utilizar GlcNAc y el mecanismo de glicosilación asociado para promover la reparación de la mielina y así reducir la neurodegeneración", concluye.
Se acaba de completar un ensayo de fase I inicial, aún no publicado, con alrededor de 30 sujetos, donde los científicos investigaron la seguridad de tomar GlcNAc en ciertas dosis. Si se demuestra que es seguro, los científicos esperan poder realizar más estudios sobre la posible eficacia de este azúcar simple como terapia para la EM.