MADRID, 22 Sep. (EUROPA PRESS) -
Una nueva investigación realizada por investigadores de la Universidad de East Anglia (UEA), en Reino Unido, sostiene que la capacidad de los niños para hacer juicios morales a menudo se ha subestimado. El trabajo reveló que los niños también hacen juicios morales en función de la intención de la persona que realiza la acción, no sólo según sus resultados.
Al hacer juicios morales, los adultos tienden a centrarse en las intenciones de las personas y no en los resultados de sus acciones: herir a alguien intencionalmente es mucho peor que hacerles daño de manera accidental. Sin embargo, la opinión predominante en la psicología del desarrollo es que los juicios morales de los niños más pequeños se basan principalmente en los resultados de las acciones, en lugar de las intenciones de los involucrados.
A pesar de décadas de investigación, todavía hay desacuerdo sobre si esta afirmación es correcta. Para aclarar este tema, los investigadores de la UEA analizaron las razones de los resultados de dos de los estudios más influyentes y que con frecuencia se citan en esta área, los cuales proporcionan una fuerte evidencia de que los juicios morales de los niños pequeños se basan principalmente en los resultados.
Estas investigaciones también evaluaron a los adultos, lo que permitió a sus autores establecer la respuesta madura con la que comparar a niños de diferentes edades. Muchos de ellos también hicieron juicios basándose en los resultados, lo que llevó a los investigadores de la UEA a cuestionar los métodos utilizados.
El equipo, dirigido por el doctor Gavin Nobes, de la Facultad de Psicología de la UEA, replicó los estudios publicados en 1996 y 2001 y examinó los efectos de reformular una de las preguntas. Mientras que en los estudios originales se preguntó a los niños si una acción era buena o mala, la nueva pregunta era sobre la persona que la realizó. Al igual que en la investigación previa sobre si los juicios morales se basan en la intención o el resultado, se preguntó a los niños acerca de historias parejas en las que se produjeron accidentes. En una, la intención era buena y el resultado malo y en la otra, la intención era mala, pero el resultado bueno.
En el estudio de la UEA, cuando se hizo la pregunta original, los resultados fueron muy similares a los estudios anteriores. Es decir, los juicios de los adultos y de los niños estaban principalmente basados en la obtención de resultados: independientemente de la intención, se cree que los accidentes con buenos resultados son buenos, mientras que los accidentes con malos resultados son malos.
PUEDEN JUZGAR COMO LOS ADULTOS
Sin embargo, cuando se reformuló la pregunta, el juicio de los de 4 a 5 años de edad se vio igualmente influenciado por la intención y el resultado, y el de 5 a 6 años estaba principalmente basado en la intención. Los juicios de los niños mayores y los adultos fueron fundamentalmente revertidos, desde una respuesta a la pregunta original casi exclusivamente basada en los resultados a una centrada exclusivamente en la intención.
El doctor Nobes, catedrático de Psicología, subraya: "Esta área de investigación es un aspecto fundamental de la moralidad. Para la mayoría de los adultos, si alguien hace algo mal deliberadamente, son peores que si lo hace de forma accidental. Se ha considerado durante años que los niños pequeños juzgan de acuerdo con el resultado de un evento y no según la intención de la persona. Si ese es el caso, entonces los juicios morales de los niños son fundamentalmente diferentes de los adultos".
"Sin embargo, nuestros resultados indican que por razones metodológicas, la capacidad de los niños para hacer juicios similares basados en la intención ha sido a menudo subestimada. Mostramos que pueden ser notablemente como un adulto en su pensamiento. La implicación es que incluso los niños pequeños, de alrededor de 4 años, pueden hacer juicios morales basados en la intención, al igual que los adultos", añade.
El estudio de la UEA involucró a 138 niños de 4 a 8 años de edad y 31 adultos. Se les contaron cuatro historias que involucran daños accidentales (intención positiva, resultado negativo) o intentos de herir (intención negativa, resultado positivo). Las historias, las fotos y las preguntas eran idénticas a las de los estudios originales, excepto que a cada participante se le hizo la pregunta original acerca de la aceptabilidad de las dos historias y una pregunta reformulada acerca de la aceptabilidad de las otras dos.
Las preguntas originales fueron: "¿Está bien que Ethan dé a Chris una gran araña? ¿Cómo de bueno/malo es dar a Chris una gran araña? ¿Es realmente bueno/malo o sólo un poco bueno/malo o sólo está bien? Las preguntas reformuladas fueron: "¿Ethan es bueno, malo o no está mal? ¿Cómo de bueno/malo es? ¿Es de verdad, realmente bueno/malo, sólo un poco bueno/ malo o simplemente está bien?".
"Nuestros hallazgos difícilmente podrían haber sido más claros. La implicación principal es que, cuando se hizo la pregunta reformulada, no hubo evidencia a cualquier edad para apoyar la afirmación de que los juicios de los niños están principalmente basados en los resultados", subraya el doctor Nobes.
"Parece ser que la mayoría de los participantes tanto en nuestro estudio como en los estudios originales interpretó que la pregunta de aceptabilidad original era sólo exclusivamente sobre si el resultado era bueno o malo y, por lo tanto, no tuvo en cuenta la intención de la persona ni, por lo tanto, la culpabilidad", detalla.