Niños con eccema vacunados contra la COVID-19 presentan menos infecciones y alergias

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Archivo - Vacuna niño - JOVANMANDIC/ ISTOCK - Archivo
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Publicado: viernes, 7 noviembre 2025 7:55

   MADRID, 7 Nov. (EUROPA PRESS) -

La dermatitis atópica, conocida comúnmente como eccema, es una de las enfermedades de la piel más frecuentes en la infancia. Se caracteriza por piel seca, enrojecida y con picor intenso, que puede aparecer en brotes y empeorar con el estrés, el frío, las alergias o las infecciones.

¿QUÉ ES LA DERMATITIS ATÓPICA Y CÓMO AFECTA A LOS NIÑOS?

Para muchos niños, estas molestias no solo afectan a la piel: también interrumpen el sueño, dificultan la concentración y pueden limitar actividades cotidianas debido a la necesidad constante de aliviar el picor o evitar irritaciones.

El tratamiento suele centrarse en hidratar la piel, reducir la inflamación y controlar el picor mediante cremas emolientes, corticoides tópicos o inmunomoduladores. También es importante cuidar la barrera cutánea, evitar irritantes y, en algunos casos, tratar alergias asociadas. Sin embargo, incluso con tratamiento, algunos niños tienen la piel más vulnerable y un riesgo mayor de infecciones y otras afecciones alérgicas como asma o rinitis, lo que convierte la dermatitis atópica en una condición que puede influir en su calidad de vida a largo plazo.

   Los niños con dermatitis atópica (DA), comúnmente conocida como eccema, pueden experimentar menos infecciones y complicaciones alérgicas si reciben la vacuna contra la COVID-19, según una nueva investigación de la Universidad de Oklahoma (Estados Unidos) presentada en la Reunión Científica Anual 2025 del Colegio Estadounidense de Alergia, Asma e Inmunología (ACAAI) en Orlando (Estados Unidos).

   "La dermatitis atópica es una afección cutánea crónica causada por el sistema inmunitario y que a menudo precede al desarrollo de asma y rinitis alérgica", asegura Tristan Nguyen, estudiante de medicina y autor principal del estudio. "Los niños con dermatitis atópica también tienen un mayor riesgo de contraer infecciones, incluidas las que afectan a la piel y al sistema respiratorio".

EL ESTUDIO: NIÑOS VACUNADOS VS. NO VACUNADOS

   Los investigadores realizaron un estudio de cohorte retrospectivo, analizando a 5.758 pacientes pediátricos con dermatitis atópica (DA) vacunados y 5.758 no vacunados, menores de 17 años. Los participantes fueron emparejados según datos demográficos e historial clínico. Se excluyeron los niños con antecedentes de infección por COVID-19 o comorbilidades importantes.

   "Nuestro estudio sugiere que la vacunación contra la COVID-19 no solo protege contra el coronavirus, sino que también podría tener beneficios para la salud más amplios en niños con dermatitis atópica", apunta Zhibo Yang, investigador principal del estudio. "Observamos tasas más bajas tanto de afecciones alérgicas como de infecciones entre los niños vacunados en comparación con sus pares no vacunados".

LA VACUNA PODRÍA RETRASAR LA PROGRESIÓN ATÓPICA

   Entre las principales conclusiones se incluyen que los niños vacunados presentaron significativamente menos infecciones como otitis media, neumonía, bronquitis, bronquiolitis, sinusitis, infecciones de las vías respiratorias superiores, impétigo, molusco contagioso y otras infecciones cutáneas.

   Los riesgos de padecer afecciones alérgicas también fueron menores en los niños vacunados, incluyendo asma, rinitis alérgica, dermatitis de contacto y anafilaxia relacionada con los alimentos.

   Desde el momento de la vacunación hasta el inicio de la infección, se observó un retraso en la aparición de varias afecciones, como rinitis alérgica, infecciones virales e infecciones de oído. "Los resultados indican que la vacunación podría ayudar a reducir la probabilidad de progresión de enfermedades atópicas, como el desarrollo de asma, en niños con eccema", destaca el docto Yang. "Esto refuerza la seguridad y los posibles beneficios adicionales de la vacunación contra la COVID-19 en esta población vulnerable".

   Estos hallazgos se suman a un creciente conjunto de evidencias que respaldan la vacunación como una valiosa herramienta para proteger a los niños con afecciones alérgicas crónicas

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