Foto: SUAVINEX
MADRID, 5 Mar. (EUROPA PRESS) -
Los niños con desórdenes en la respiración durante el sueño, como roncar o tener apnea, son propensos a desarrollar problemas de comportamiento, como hiperactividad o agresividad, así como dificultades emocionales y para relacionarse con otros.
Así lo ha demostrado un estudio realizado sobre más de 11.000 niños seguidos durante seis años por investigadores del Albert Einstein College of Medicine de la Yeshiva University. Este trabajo, el mayor y más global de su categoría que se ha realizado hasta el momento, se publica este lunes en la revista 'Pediatrics'.
Según la líder del trabajo, Karen Bonuck, profesora de Medicina Social y Familiar y de Obstetricia, Ginecología y Salud de la Mujer en el Einstein, "esta es la evidencia más importante que se tiene hasta ahora de que roncar, respirar por la boca y padecer apnea puede tener serias consecuencias conductuales y socio-emocionales para los niños".
Los desórdenes en la respiración durante el sueño se refieren a las dificultades para respirar que pueden darse durante el descanso. Su sello distintivo son roncar --que suele ir acompañado por una respiración bucal-- y la apnea del sueño.
Estos desórdenes suelen registrar picos entre los dos y los seis años de edad, pero también aparecen en niños más pequeños. Uno de cada 10 niños ronca de forma regular y 2 de cada 4 padece apnea, según la Academia Americana de Salud Otorrinolaringológica y Cirugía de Cuello (AAO-HNS, en inglés). Una causa frecuente de estos problemas son las amígdalas o vegetaciones.
LA POSIBLE CAUSA DEL PROBLEMA
Según uno de los autores del estudio, Ronald D. Chervin, profesor de Medicina del Sueño y Neurología en la University of Michigan, "hasta ahora, realmente no se contaba con evidencias claras de que los desórdenes de la respiración durante el sueño precedían a problemas de conducta como la hiperactividad".
Estudios anteriores sí sugerían una posible conexión entre estos síntomas y posteriores problemas de conducta, pero sus conclusiones no eran definitivas, ya que incluían a un pequeño número de pacientes, cortos periodos de seguimiento o un control limitado de las variables, como el bajo peso al nacer, que podría afectar a los resultados.
"Nuestro estudio muestra con claridad que los síntomas de desórdenes respiratorios durante el sueño preceden a los problemas de conducta y sugiere con rotundidad que estos síntomas son, precisamente, la causa del problema", asevera.
Este trabajo analizó los efectos de roncar, tener apnea y respirar con la boca abierta en los patrones de conducta de los niños que participaron en el Avon Longitudinal Study of Parents and Children, un proyecto desarrollado en Reino Unido.
Los autores preguntaron a los padres de estos menores sobre sus síntomas de estos desórdenes desde los seis hasta los 69 meses de edad. Después, cuando los menores cumplieron cuatro y siete años, los padres volvieron a rellenar un cuestionario, esta vez para valorar la conducta de sus hijos. El objetivo era saber si los niños tenían síntomas de problemas como la hiperactividad, ansiedad o depresión, agresividad o problemas de relación con otros niños.
"Descubrimos que los niños con desórdenes de la respiración durante el sueño eran de un 40 a un 100 por cien más propensos a desarrollar problemas de conducta a los siete años, en comparación con los niños sin estos problemas del sueño", asevera Bonuch, quien señala que el mayor incremento se dio en la hiperactividad.