MADRID, 20 Jul. (EUROPA PRESS) -
Una nueva investigación revela que los niños y adolescentes que pasan la mayor parte del tiempo descalzos desarrollan mejores habilidades motrices y motoras que los que habitualmente usan zapatos.
Publicado en la revista 'Frontiers in Pediatrics', este es el primer estudio que evalúa la diferencia entre el impacto de crecer con calzado o sin él a la hora de saltar, correr o tener un mejor equilibiro durante las diferentes etapas de la niñez y la adolescencia.
El estudio muestra que los niños habitualmente descalzos son notablemente mejores en saltos y equilibrio en comparación con los niños calzados habitualmente, particularmente entre los 6 y 10 años de edad. Si bien estos beneficiosos efectos disminuyeron en los adolescentes mayores, la investigación resalta la importancia del ejercicio descalzo para el desarrollo motor a medida que los niños crecen y maduran.
"Se piensa que caminar descalzo es más natural, y el uso de calzado se ha discutido durante mucho tiempo como un factor de influencia sobre la salud del pie y el desarrollo de los patrones de movimiento y su biomecánica", explica la directora del estudio, la profesora Astrid Zech, de la Universidad de Jena (Alemania).
Los investigadores pretendían averiguar, por primera vez, si los cambios en la biomecánica del pie debido a actividades estando descalzos son realmente relevantes para el desarrollo de las habilidades motoras básicas durante la infancia y la adolescencia.
Zech, junto con dos equipos de investigación, evaluó tres habilidades motoras: equilibrio, salto de longitud permanente y un sprint de 20 metros en 810 niños y adolescentes de 22 escuelas primarias y secundarias de zonas rurales de Sudáfrica, que habitualmente están descalzos, y de áreas urbanas del norte de Alemania, que usan zapatos la mayor parte del tiempo.
Los participantes habitualmente descalzos obtuvieron puntuaciones significativamente más altas en las pruebas de equilibrio y salto, en comparación con los participantes habitualmente calzados. Esta diferencia se observó en ambas condiciones de prueba (descalzo y calzado) y en todos los grupos de edad (6-10, 11-14 y 15-18 años), pero particularmente fue más evidente en niños de 6-10 años. Los niños habitualmente descalzos también se desempeñaron mejor cuando estaban descalzos que cuando estaban calzados.
Los resultados en la prueba de sprint, sin embargo, fueron diferentes. Aquí los niños que suelen ir con calzado se desempeñaron mejor, particularmente aquellos en el grupo de edad de 11-14 años, y ambos grupos obtuvieron mejores marcas cuando estaban calzados.
Los investigadores explican que el entorno, el único factor que no pudo ser estandarizado en los dos lugares de estudio, puede haber influido en este resultado. "En Sudáfrica, la prueba de velocidad se llevó a cabo al aire libre, con diferentes condiciones climáticas y superficies. En contraste, los niños alemanes realizaron la prueba de velocidad en interiores, principalmente en un pabellón deportivo con un piso suspendido", justifica Astrid ZechZ.
La doctora puntualiza que el tipo de calzado también puede haber influido en los resultados. "Los estudiantes sudafricanos usaron zapatos escolares, mientras que los estudiantes alemanes usaron zapatos o zapatillas deportivos en sus clases de educación física. Así que, aunque nuestros resultados sugieren que crecer calzados puede ser beneficioso para correr más rápido, necesitamos investigar esto más a fondo", comenta.