MADRID, 4 Abr. (EUROPA PRESS) -
Los niños que viven cerca de las áreas protegidas designadas por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) crecen en hogares más ricos y sanos que aquellos cuyos hogares están lejos de las zonas de conservación, dicen Robin Naidoo y sus colegas de WWF.
Sus hallazgos sugieren que la práctica de dejar de lado las zonas protegidas para la conservación de la vida silvestre y cultural también podría usarse para abordar problemas como la pobreza global y la mala salud. Los científicos analizaron de cerca las condiciones ambientales y socioeconómicas de más de 87.000 niños en 34 países en desarrollo para determinar si vivir cerca de un área protegida tendría un impacto positivo en la vida.
Los niños que vivían a menos de 10 kilómetros de un área protegida con turismo asociado tenían niveles de riqueza un 17 por ciento más altos y una probabilidad de pobreza un 16 por ciento más baja que aquellos que viven en hogares similares ubicados más lejos de las áreas protegidas.
Los niños menores de 5 años que viven cerca de áreas protegidas con turismo de usos múltiples (donde algunos recursos naturales pueden emplearse de manera sostenible) tuvieron puntuaciones de estatura para la edad un 10 por ciento más altas y fueron un 13 por ciento menos propensos a atrofia de crecimiento. Fisher y sus colegas no hallaron evidencia de impactos negativos de las áreas protegidas en los niños en ninguno de los escenarios considerados dentro de su estudio.