MADRID, 14 Nov. (EUROPA PRESS) -
La mayoría de los niños utiliza de forma incorrecta sus dispositivos de inhalación o no usa los dispositivos adecuados a su edad, según han puesto de manifiesto los organizadores del 'V Curso para Educadores en Asma y otras enfermedades alérgicas', promovido por la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP).
Precisamente por ello, la organización ha reclamado la puesta en marcha de programas y unidades que enseñen a los menores, así como a sus padres, en el correcto manejo de patologías que requieren de estos dispositivos como, por ejemplo, el asma, las alergias alimentarias, la dermatitis atópica o la anafilaxia.
"Además de mejorar la calidad de vida de los niños y de sus cuidadores, los programas de educación sanitaria permitirían reducir los recursos sanitarios consumidos por aquellos pacientes que no controlan sus síntomas de forma adecuada", ha comentado el miembro del Grupo de Trabajo de Educación Sanitaria de SEICAP y uno de los directores del curso, Javier Contreras.
Y es que, según mostró una revisión de estudios publicada en 'Nure Investigacion', la mayor parte de los pacientes cometen errores al utilizar sus inhaladores, lo que dificulta el control de esta patología, siendo la principal causa, a juicio de los expertos, la falta de educación sobre su uso al inicio del tratamiento.
En concreto, el asma es una de las enfermedades crónicas más frecuentes en niños, ya que se estima que afecta a uno de cada diez en edad escolar. "Esta enfermedad provoca una inflamación crónica de los bronquios aumentando la reactividad ante cualquier estímulo, como por ejemplo las infecciones víricas respiratorias, algo común en esta época del año", ha explicado el doctor Contreras.
Por ello, prosigue, el papel de las familias y de los cuidadores de los más pequeños es "fundamental" puesto que deben conocer la tipología del inhalador prescrito, cuándo el niño debe utilizarlo y cómo se tiene que emplear. En otros países, cuando se prescribe a un menor un dispositivo de inhalación, hay profesionales sanitarios que enseñan tanto a padres como a niños de forma detallada cómo usar bien los inhaladores.
LOS ERRORES MÁS COMUNES COMIENZAN EN LA CONSULTA
Por otra parte, el doctor ha recordado que la formación del personal sanitario en el correcto uso de los dispositivos de inhalación es "esencial" porque son los que deciden cuál prescriben al menor y explican también cuál debe ser su modo de empleo. "La mayoría de los pacientes usan mal los inhaladores porque muchos sanitarios tampoco saben bien cómo usarlos y no pueden entrenarlos de la forma adecuada", ha apostillado.
Otro fallo habitual en el manejo del asma es el uso de los inhaladores inadecuados. Existen dos tipos básicos de estos dispositivos, los de polvo y los presurizados, que necesitan cámara de inhalación. "Estos últimos son los más utilizados en el público infantil y deberían utilizarse preferentemente con cámara, ya que ésta multiplica la cantidad de medicación que llega a los pulmones y reducen la cantidad que se queda en garganta, boca y nariz", ha destacado el doctor Contreras.
Asimismo, cuando los niños son menores de 4 a 6 años, deben utilizar la cámara con mascarilla ya que no saben controlar la respiración de forma voluntaria. A medida que crecen, es frecuente que se les diga que ya no necesitan cámara y que pueden usar el inhalador presurizado de forma directa en la boca, si bien el experto ha avisado de que esta forma llegará menor dosis del medicamento a los bronquios.
"Al contrario de lo que se suele explicar en muchas consultas, a cualquier edad siempre es mejor usar un inhalador con cámara. Es un error muy común indicar su uso sin cámara. Con las cámaras con boquilla se consigue una mejor difusión de la medicación a las vías respiratorias bajas, que es donde tiene que llegar", ha argumentado Contreras.
Por tanto, con una formación actualizada en este aspecto por parte de los sanitarios así como de los padres y cuidadores, se podría mejorar el buen uso de estos dispositivos, que son una herramienta indispensable para el tratamiento preventivo del asma.
"Si además el médico, el enfermero o el farmacéutico dedica tiempo a hablar detalladamente con las familias, les ayuda a eliminar los miedos infundados y les explica que los tratamientos actuales, usados con las dosis recomendadas, son muy seguros y no tienen efectos secundarios a largo plazo; se tranquilizan y siguen mejor las indicaciones", ha zanjado el doctor Contreras.