MADRID, 11 Dic. (EUROPA PRESS) -
Investigadores que usan resonancia magnética funcional (fMRI, por sus siglas en inglés) han descubierto que el entrenamiento de neurorrealimentación tiene el potencial de reducir la gravedad del tinnitus o incluso eliminarlo, según un estudio que se presenta este lunes en la reunión anual de la Sociedad Radiológica de América del Norte (RSNA, por sus siglas en inglés), que se celebra en Chicago, Estados Unidos.
El tinnitus es la percepción de ruido, a menudo sonando, en el oído. La afección es muy común y afecta aproximadamente a una de cada cinco personas. A medida que los pacientes comienzan a centrarse más en ello, se frustran más y se vuelven más ansiosos, lo que a su vez hace que el ruido parezca peor. La corteza auditiva primaria, la parte del cerebro donde se procesa la entrada auditiva, ha sido implicada en la angustia relacionada con el tinnitus.
Para el estudio, los investigadores analizaron una nueva forma potencial de tratar el tinnitus haciendo que las personas usen el entrenamiento de neurorretroalimentación para desviar su atención de los sonidos en sus oídos. Se trata de una forma de entrenar el cerebro al permitir que un individuo vea algún tipo de indicador externo de actividad cerebral e intente ejercer control sobre él.
"La idea es que en las personas con tinnitus hay una excesiva atención atraída por la corteza auditiva, lo que la hace más activa que la de una persona sana --afirma Matthew S. Sherwood, ingeniero de Investigación y profesor adjunto en el Departamento de Ingeniería Biomédica, Industrial y Factores Humanos en la Universidad Estatal de Wright en Fairborn, Ohio, Estados Unidos--. Nuestra esperanza es que quienes padecen tinnitus puedan usar neurorretroalimentación para desviar la atención de su tinnitus y posiblemente hacer que desaparezca".
Para determinar la eficacia potencial de este enfoque, los investigadores hicieron que 18 voluntarios sanos con audición normal se sometieran a cinco sesiones de entrenamiento de neurorretroalimentación con fMRI. Los participantes recibieron tapones para los oídos a través de los cuales se podía introducir ruido blanco durante periodos de tiempo. Los tapones para los oídos también servían para bloquear el ruido del escáner.
Para obtener los resultados de la resonancia magnética funcional, los investigadores utilizaron imágenes ecográficas de disparo único, una técnica de resonancia magnética que es sensible a los niveles de oxígeno en la sangre, proporcionando una medida indirecta de la actividad cerebral.
"Comenzamos alternando periodos de sonido y sin sonido para crear un mapa del cerebro y encontrar áreas que produjeron la mayor actividad durante la fase de sonido --detalla Sherwood--. Luego, seleccionamos los vóxeles que se activaron mucho cuando se estaba reproduciendo el sonido".
CAE LA ACTIVIDAD DE LA CORTEZA AUDITIVA AL DESVIAR LA ATENCIÓN DEL RUIDO
Entonces, los participantes participaron en la fase de entrenamiento de neurorretroalimentación con fMRI mientras se encontraban dentro del escáner de MRI. Recibieron ruido blanco a través de los tapones para los oídos y pudieron ver la actividad en su corteza auditiva primaria como una barra en una pantalla. Cada entrenamiento con neurorretroalimentación de resonancia magnética funcional contenía ocho bloques separados en un periodo de "relajación" de 30 segundos seguido de un periodo "inferior" de 30 segundos.
Se instruyó a los participantes para vigilar la barra durante el periodo de relajación e intentar activamente disminuirla rebajando la actividad de la corteza auditiva primaria durante la fase inferior. Los investigadores dieron a los participantes técnicas para ayudarles a hacer esto, como tratar de desviar la atención del sonido a otras sensaciones como el tacto y la vista.
"Muchos se concentraron en respirar porque les dio una sensación de control --cuenta el doctor Sherwood--. Al desviar su atención del sonido, la actividad de la corteza auditiva de los participantes disminuyó y la señal que estábamos midiendo también cayó".
A un grupo de control de nueve personas se les proporcionó neurorretroalimentación simulada; realizaron las mismas tareas que el otro grupo, pero la retroalimentación no provino de ellos, sino de un participante aleatorio. Al realizar los mismos procedimientos exactos con ambos grupos utilizando neurorretroalimentación real o simulado, los científicos pudieron distinguir el efecto de la neurorretroalimentación real sobre el control de la corteza auditiva primaria.
El estudio representa la primera vez que se aplica el entrenamiento de neurorretroalimentación con IRMf para demostrar que existe una relación significativa entre el control de la corteza auditiva primaria y los procesos de atención. Esto es importante para el desarrollo terapéutico, según Sherwood, ya que los mecanismos neuronales del tinnitus se desconocen, pero probablemente estén relacionados con la atención.
Los resultados representan una prometedora vía de investigación que podría conducir a mejoras en otras áreas de salud como el manejo del dolor, según Sherwood. "En última instancia, nos gustaría coger lo que aprendimos de MRI y desarrollar un programa de neurorretroalimentación que no requiera MRI, como una aplicación o terapia domiciliaria que podría aplicarse al tinnitus y otras afecciones", concluye.