MADRID, 14 Feb. (EUROPA PRESS) -
Las células cancerosas dependen de las células sanas que las rodean para su sustento. Los tumores desvían los vasos sanguíneos para alimentarse, secretan productos químicos que embarullan las respuestas inmunes, y, según estudios recientes, incluso reclutan y manipulan neuronas para su propio beneficio. Este patrón es válido no sólo para los cánceres de cerebro, sino también para los de próstata, piel, páncreas y estómago, según la revisión realizada por neurocientíficos de la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, publicada este lunes en 'Trends in Cancer'.
"No hay parte del cuerpo que no esté bien inervada --dice la coautora del artículo Michelle Monje, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford-. El sistema nervioso es un árbol extremadamente arborizado que llega a todos los aspectos de cada tejido y contribuye de manera importante al desarrollo de tejidos. Esas señales de crecimiento ya están ahí, ¿por qué no deberían las células cancerosas apropiarse de ellas?".
Los tratamientos contra el cáncer a menudo se dirigen a los tumores cortando los vasos sanguíneos y otras rutas de suministro de nutrientes, por lo que Monje y otros están interesados en saber si puede ser posible dirigirse a los nervios mediante terapias análogas o simplemente bloqueando los factores neuronales de crecimiento neuronal. El reto es que las señales que promueven el crecimiento varían según el tipo de neurona y el tipo de cáncer, además de que el bloqueo de la actividad neuronal puede ser peligroso.
"En el cerebro, la modulación de la actividad neuronal no es una gran opción porque no queremos silenciar el cerebro. Los cerebros necesitan estar activos y funcionando", dice Monje. "Pero podemos interrumpir las vías moleculares específicas que están siendo secuestradas por el tumor", propone.
Monje se interesó por primera vez en el papel de las neuronas que sustentaban los tumores mientras trabajaba en el glioma infantil, un cáncer que afecta a los precursores de las células gliales en el cerebro en desarrollo. En 2015, su laboratorio publicó un artículo en 'Cell' que encontró que las células de glioma tanto adultas como pediátricas crecían más rápidamente cuando estaban adyacentes a neuronas altamente activas.
LAS CÉLULAS TUMORALES RESPONDEN A SEÑALES QUÍMICAS NEURONALES
El documento es parte de un creciente cuerpo de trabajo que indica que las células cancerosas no sólo crecen cerca de los nervios sino que también responden a las señales químicas que las neuronas secretan. Timothy Wang, de Columbia, publicó recientemente un trabajo en 'Cancer Cell' que demostró que el reclutamiento de nervios en el microambiente tumoral es necesario y suficiente para la progresión del cáncer de estómago y que bloquear un neurotransmisor de conexión de los nervios con el estómago podría ser una nueva terapia.
"Es sólo un primer paso, pero aumenta la posibilidad de tratar los cánceres atacando los nervios cercanos", dice Monje. "Las semillas no tienden a crecer en el aire, tienen que estar en el suelo idóneo --pone como ejemplo--. Los cánceres son muy parecidos, tienen que estar en el microambiente correcto. Las células nerviosas y los productos químicos que segregan pueden ayudar mucho a que las células cancerosas se sientan como en casa".
La conexión entre las células tumorales y los nervios abre muchas preguntas nuevas, pero también arroja luz sobre algunas observaciones de la patología del cáncer de larga duración. Las células cancerosas cerebrales a menudo se agrupan alrededor de las neuronas, un fenómeno llamado "satelitosis perineuronal", y el grado de inervación en los tumores se ha reconocido como predictivo del resultado del paciente.
Las células cancerosas migratorias también usan los nervios como atajos hacia nuevos tejidos. Sin embargo, hasta ahora los científicos sólo han investigado el papel de las neuronas en un puñado de cánceres y los detalles moleculares completos de las asociaciones cáncer-nervio todavía se están detectando.