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MADRID, 11 Ene. (EUROPA PRESS) -
La diferencia entre un cerebro viejo y un cerebro joven no está tanto en el número de neuronas sino en la presencia y función de las células de soporte llamadas glía. En un artículo publicado este martes en 'Cell Reports', investigadores que examinaron muestras de cerebro postmortem de 480 individuos con edades comprendidas entre 16 y 106 describen que el estado de la glía de una persona es tan consistente a través de los años que puede usarse para predecir su edad.
El trabajo establece las bases para entender mejor el papel de la glía en las enfermedades cerebrales tardías. "Caracterizamos ampliamente los cambios en la expresión génica alterados por el envejecimiento en diez regiones del cerebro humano y encontramos que, de hecho, las células gliales experimentan cambios más grandes que las neuronas", subraya el autor del estudio Jernej Ule, neurobiólogo del 'Francis Crick Institute' y del 'University College London', ambos en Reino Unido.
Las distintas células de la glía aportan diversas clases de ayuda a las neuronas. Por ejemplo, están los oligodendrocitos, la microglía que actúa como células inmunes y los astrocitos, que ayudan con el metabolismo de la neurona y la desintoxicación, entre muchas funciones.
Los investigadores muestran que los astrocitos y los oligodendrocitos cambian sus patrones regionales de expresión génica durante el envejecimiento (por ejemplo, qué genes se activan o desactivan) particularmente en el hipocampo y la sustancia negra --regiones importantes del cerebro para la memoria y el movimiento, respectivamente--, mientras que la expresión de genes específicos de la microglía aumenta en todas las regiones del cerebro.
LOS OLIGODENDROCITOS DISMINUYEN CON LA EDAD
Basándose en una comparación de muestras de tejido de tres cerebros jóvenes y tres viejos, encontraron que el número de oligodendrocitos disminuye con la edad en la corteza frontal. Además, establecieron que esto probablemente se corresponde con la disminución de la expresión de genes específicos de oligodendrocitos, mientras que otros tipos de células tenían patrones de cambio más complicados.
"Hemos visto desaparecer los oligodendrocitos, pero con las neuronas no hemos visto cambios dramáticos en el número de células, a excepción de una disminución en las neuronas más grandes. Esto resulta interesante porque las neuronas más grandes están generalmente conectadas a las enfermedades neurodegenerativas", dice Ule.
Un hallazgo inesperado fue que ciertos patrones de expresión génica glial podrían predecir la edad en la población general. Aunque esto sólo puede hacerse post mortem y ciertas personas no encajan perfectamente en estos patrones, sí proporciona a los científicos otra herramienta para entender cómo el envejecimiento en el cerebro puede estar vinculado a las causas de los trastornos relacionados con la edad. El objetivo final es ver si las mutaciones genéticas u otras variables podrían afectar a la expresión génica en formas que generan enfermedades.