MADRID, 10 Nov. (EDIZIONES) -
El aparato digestivo cumple una función esencial en el cuerpo humano. En concreto, según la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD), se encarga de obtener de los alimentos las "materias primas" que servirán para generar la energía que necesita una persona en su día a día y para producir "los elementos que conforman los distintos órganos y sistemas" del organismo.
Abarca desde la boca hasta el ano y está compuesto de diversas partes: esófago, estómago, intestino delgado, intestino grueso o colon y ano. "Además, hay dos órganos que vierten sus secreciones al tubo digestivo: el hígado y el páncreas, ambos con un importante papel en la digestión y absorción de los alimentos", agrega la FEAD.
Pero el tubo digestivo también tiene neuronas. Así lo especifica la especialista de la FEAD, la doctora Susana Jiménez Contreras, en una entrevista con Infosalus, en la que clarifica el papel de estas neuronas en el aparato digestivo.
"El tubo digestivo dispone de una red neuronal repartida entre las capas mucosa, submucosa y muscular", explica la doctora Jiménez, que valora como "esencial" la función que realizan. "Estas neuronas desempeñan una función esencial en la regulación de las funciones motora y mucosa del tubo digestivo", señala la experta de la FEAD.
Concretamente, estas células cerebrales controlan "el movimiento intestinal, llamado peristaltismo, o la secreción de sustancias al intestino para la digestión", revela la doctora Jiménez, que matiza que están controladas por el sistema nervioso central y el autónomo.
"Estas neuronas reciben señales del sistema nervioso central, el cerebro principalmente, y autónomo, el encargado principalmente de los movimientos reflejos, entre otras funciones", detalla la experta. Pero además, las neuronas situadas en el aparato digestivo "pueden funcionar de manera independiente" del sistema nervioso central y del autónomo, agrega la doctora Jiménez.
LA ANSIEDAD Y EL ESTRÉS
La experta de la Fundación Española del Aparato Digestivo también se ocupa del papel que juegan la ansiedad y el estrés a nivel del aparato digestivo, pero confirma que "es desconocido aún el porqué el estrés o la ansiedad pueden producir o empeorar síntomas gastrointestinales como dolor abdominal, diarrea, hinchazón, náuseas o pesadez".
En efecto, no se conoce la causa biológica de los trastornos funcionales, que "son enfermedades que producen síntomas a los que no se encuentra una alteración evidenciable por pruebas de imagen, analíticas o estudios endoscópicos", indica la doctora Jiménez. "Estos trastornos funcionales a nivel gástrico pueden verse exacerbados por el estrés o la ansiedad, aunque el mecanismo por el que lo hacen es desconocido", insiste la experta de la FEAD.
Para evitar los síntomas hay que tratar el origen del estrés o la ansiedad. Puede hacerse mediante "psicoterapia o con medicación, tanto antidepresiva como ansiolítica", apunta la doctora Jiménez, que agrega que hay que dar información al paciente "sobre que su enfermedad no arriesga su vida". Por último, "aprender técnicas de relajación y el autocontrol del estrés y la ansiedad son factores que pueden ser de gran ayuda", concluye la doctora Jiménez.